Un tercio de la industria asume subidas de precios de más del 25% en sus materias primas
La mitad de las empresas del segundo sector tiene dificultades para abastecerse por paros en la cadena de suministros y por la inflación
Hace meses que la cesta de la compra es cada vez más cara. Sin embargo, esto no implica que las empresas trasladen la totalidad de sus costes a sus precios, sobre todo por el miedo de dejar de ser competitivas. En este sentido, y si el IPC ya supera el 10% interanual; un 37% de las empresas del sector industrial están asumiendo subidas de precios de sus materias primas por valores superiores al 25%, según una encuesta del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat).
Estos datos exponen al segundo sector como la actividad que está asumiendo un coste más alto en sus productos intermedios, mercancías o suministros en el último año. De hecho, los que no apuntan a incrementos del 25%, mantienen que están recibiendo mercancías por precios de entre un 10% a un 25% más altos en comparación al 2021.
El sondeo del INE catalán también aporta datos de otros sectores y del ámbito empresarial en su conjunto. A nivel global, solo el 26% de los encuestados apunta a subidas de precios por encima del 25%, mientras que más de la mitad asegura que sus mercancías base han subido entre un 10% y un 25% desde 2021. Aparte de la industria, el segundo sector más afectado por la inflación es el comercio: una de cada tres empresas se enfrentan a subidas de entre el 10 y el 25%.
Si estos productos son tan caros, se debe básicamente a la escasez de su oferta y a los problemas para transportarlos. En este sentido, una de cada tres empresas incluidas en el estudio del Idescat declara haber tenido dificultades para disponer de aprovisionamiento en el segundo trimestre del 2022, un punto y medio más que a finales de 2021, cuando ya se empezó a notar una rebaja de la disponibilidad de las materias primas.
Este fenómeno es más notable en las plantas industriales: la mitad de las empresas se han visto afectadas por problemas de abastecimiento recientemente. Sin ir más lejos, la industria automóvil, que simboliza un 10% del PIB español, es una de las más afectadas por la escasez de semiconductores, uno de los componentes base en el ensamblaje de vehículos.
El sector donde más ha crecido en los últimos seis meses la preocupación por conseguir materiales ha sido la construcción, según el Idescat. Si en diciembre de 2021 solo el 33% de las empresas constructoras alegaban tener problemas para disponer de materias primas, en junio de 2022 esta cifra subía siete puntos hasta el 40% de las compañías.
A una situación económica ya de por sí incierta, hace falta sumarle las repercusiones de la guerra entre Rusia y Ucrania. La mitad de todas de las compañías encuestadas atribuyen parte de la inflación y de los problemas en el abastecimiento al conflicto bélico. De este porcentaje, el 90% de los establecimientos cree que la guerra ha provocado un incremento del precio de las materias primas, además de un segundo impacto indirecto derivado del aumento del precio de energía por los recortes en el suministro de gas a Europa por porte del Kremlin.
Más allá de los precios, la mayoría de compañías industriales, constructoras y comerciales también creen que el conflicto bélico ha agravado los ya persistentes problemas por retrasos en el abastecimiento de materias primas. Así lo consideran en un 70%, un 67% y un 68% respectivamente.
Un 84% de los afectados se resigna a ganar menos
Ante este contexto tan incierto, las empresas ya están empezando a buscar medidas para hacer frente a la inflación y la falta de materias. Un 84% de las empresas que declaran verse afectadas por estos fenómenos se resigna a obtener menos beneficios o incluso a aguantar pérdidas por el encarecimiento de los materiales. Este porcentaje es especialmente grave entre las empresas industriales y la hostelería: prevén menos ganancias en un 87% y un 94% respectivamente.
Otra opción que anticipan el 70% de los encuestados es el traslado del encarecimiento de sus materiales al precio final, lo que repercutiría en los consumidores. El sector industrial ya prevé estas subidas en un 77%. La tercera opción más discutida, en un 50%, es la substitución de los imputs más caros por otros materiales alternativos. La hostelería, que disfruta de una mayor variedad de productos base, lo defiende en un 75%.
Un cuarto de las industrias cree que tendrá que parar la producción
En una nota más positiva, son pocas las empresas que esperan tener que tomar medidas drásticas. Solo el 17% de los encuestados prevé tener que parar temporalmente la producción, una cifra que sube hasta el 24% entre las industrias, mientras que apenas un el 5% de las compañías ve en su futuro un cierre total si las disrupciones persisten.
No se esperan mejoras hasta 2023
En todo este contexto, a las empresas les cuesta encontrar un punto de positividad en los meses venideros. Solo el 17% de los encuestados por el Idescat consideran que habrá una mejora en las limitaciones de aprovisionamiento en lo que resta de año, mientras que el 34% ve la luz al final del túnel en el primer semestre de 2023. Una de cada cuatro empresas es aún más pesimista: no ven mejoras hasta más allá de 2023.
Por sectores, un 38% de la industria y de la hostelería prevén un saneamiento a principios del año que viene. La construcción no lo ve así: una de cada tres cree que la situación no mejorara hasta finales de 2023 y un tercio más hasta dentro de dos años.