Un juez imprevisible e innovador decidirá sobre Cacaolat
El hombre que tiene en sus manos el futuro de la marca de batidos es reconocido en el entorno judicial por sus decisiones pioneras. “Va por libre”, aseguran
Javier Fernández es el titular del Juzgado Mercantil número 6 de Barcelona. Este hombre, por lo tanto, tiene el futuro de Cacaolat en sus manos. En 24 horas abrirá los sobres definitivos que contienen las ofertas presentadas para hacerse con los activos de la marca catalana de batidos, fundada por la familia Viader.
Sin embargo, su decisión final, que tomará tras escuchar a los sindicatos y a los administradores concursales, puede que no se alinee con una cifra.
El porvenir de una marca mítica alimentaria catalana está condicionado por uno de los magistrados más imprevisibles de la carrera judicial barcelonesa. Pero por su despacho han pasado sonados casos empresariales que han sido resueltos, con carácter general, de forma óptima para las organizaciones en problemas que han acabado con los libros en su mesa.
“Es un magistrado valiente, innovador y siempre va por libre”, aseguran fuentes familiarizadas con sus sentencias. En varios despachos especializados en concursos mercantiles coinciden: “No puedes prever sus decisiones, todo lo contrario a los juzgados mercantiles del 1 al 5”, cuentan a Economía Digital.
Fernández fue el último en incorporarse al grupo de magistrados mercantiles de Barcelona, procedente del ámbito judicial civil, tomó las riendas del número 6 tras su transformación en sala especializada en asuntos empresariales. “Está altamente cualificado”, reconocen en su entorno.
Sentó jurisprudencia
Parte de su carácter anticipador surge a la luz en procesos como el de Restaura. Por primera vez se aceptó en España el desistimiento del concurso de acreedores. En el 2008, antes de que entrara en vigor la nueva ley concursal, una vez abierto el proceso de insolvencia sólo había dos salidas: o convenio o liquidación.
Sin embargo, la inmobiliaria de Xavier Solano logró un pacto extrajudicial con sus bancos acreedores. Fernández entendió que ya no se daban las circunstancias de incapacidad financiera que justificaban el proceso y decidió levantar el concurso tras comprobar las condiciones de la refinanciación de Restaura. Esta iniciativa fue seguida por varios magistrados en España hasta que la nueva norma sobre concursos resolvió el hueco legal.
Pulsa la realidad
Pero con el proceso de Cacaolat está mostrando buena parte de su imprevisibilidad. Ha tomado decisiones valientes, pero con este concurso “está siendo extramadamente ortodoxo”. “Ha querido pulsar personalmente la situación de Clesa –los antiguos dueños de Cacaolat– y ha mantenido encuentros regulares con sus administradores concursales”, cuentan a este medio las mismas fuentes.
Teniendo en cuenta todo su historial ¿qué podemos esperar de su decisión sobre Cacaolat? “Creemos que valorará el mantenimiento de los puestos de trabajo e inmediatamente después el arraigo al territorio”. Pero “sólo Fernández puede intuir a Fernández” explican jocosamente a Economía Digital.