Un 25% de mujeres ha sufrido acoso mientras practicaba running por Madrid

El RACC (Real Automóvil Club de Cataluña) junto a Zurich Seguros presentaron en la mañana del pasado día 24 de febrero en una rueda de prensa el estudio “Práctica de running en Madrid desde una perspectiva de género” donde han analizado la percepción de seguridad personal y los hábitos de mujeres y hombres cuando practican running en la capital española.  

Alba Rey, jefa de Estudios del Área de Movilidad del RACC, ha sido la encargada de presentar el estudio en compañía de Cristian Bardají, director del Área de Movilidad del RACC y de Sonia Mansilla, directora de Marketing de Zurich Seguros. 

Para la elaboración de esta investigación han realizado 1.049 encuestas y se ha observado a 17.224 personas que practicaban running para, en palabras de Alba Rey, “conocer sus hábitos, tanto de hombres y mujeres, cuando salen a correr, sus prioridades en cuanto a salud y bienestar o si corren solos o acompañados”. 

Las observaciones que han llevado a cabo las han dividido en tres franjas diarias: por la mañana, por la tarde, en una franja que corresponde a la salida del trabajo (17:00-19:30 horas) y por la noche en cinco zonas de la ciudad (Paseo de la Castellana, Bravo Murillo, Casa de Campo, Parque del Retiro y Madrid Río).  

Resultados de la encuesta 

Los datos más llamativos que se han obtenido a través de las encuestas es que un 25% de las mujeres encuestadas afirma haber sufrido acoso mientras practicaba running en Madrid, más del doble que los hombres (12%).

Los encuestados dicen que donde más se producen estas situaciones en los parques, un 49% en el caso de las mujeres y un 43% en el de los hombres. Además, los episodios de acoso se suelen dar en un 48% en las mujeres por la tarde o por la noche y un 45% en el caso de los hombres. El 70% de las mujeres corren solas durante el día, porcentaje que desciende a un 49% de noche. Los hombres durante el día corren solos en el 78% de los casos. Estos porcentajes se reducen durante la noche, cuando se sitúa en el 64%. La diferencia no es tan acusada como en el caso femenino.

Pese a estas situaciones, prácticamente la totalidad de las mujeres (96%) asegura tomar medidas de seguridad cuando salen a correr ya sea salir con ropa reflectante o elegir rutas más transitadas o bien iluminadas. En el caso de los hombres, un 74% también adopta este tipo de medidas preventivas.

La Casa de Campo es el lugar que genera mayor inseguridad tanto para mujeres como para hombres

De las cinco ubicaciones analizadas, la Casa de Campo es la que genera una mayor inseguridad a todos los runners tanto por el día como por la noche. A continuación, el siguiente lugar que menos confianza inspira a las mujeres por la noche es el Parque del Retiro (83%) mientras que para los hombres es Madrid Río (39%). En cambio, la Castellana es el sitio más seguro tanto para hombres como para mujeres seguido de Bravo Murillo.

Debido a las situaciones de acoso y agresiones que se han vivido, un 28% de las mujeres se ha planteado abandonar la práctica de este deporte. “La percepción tiene un claro componente de género, ellas siempre se sienten más inseguras. La Casa de Campo es el lugar donde hay una mayor problemática en tema de seguridad, incluso para los hombres”, argumenta Alba Rey

Soluciones para revertir esta problemática 

El running es un deporte que se ha popularizado a raíz de la pandemia de la COVID-19 ya que el número de aficionados ha crecido un 16% y, en general, un 38% sostiene que se preocupan más por su salud ahora que antes de que diese inicio la crisis sanitaria.

Por eso, para que no haya abandonos se recomienda correr acompañado y en lugares que aporten seguridad. Es importante tener conciencia de que puede haber situaciones de inseguridad, por eso es recomendable no utilizar auriculares para estar alerta, frecuentar rutas conocidas, elegir rutas bien iluminadas y concurridas y dar a conocer a nuestro círculo cercano por donde vamos a ir a través de apps de rastreo en directo.

Para la administración pública también hay una serie de recomendaciones que pueden ayudar a reducir considerablemente estas situaciones de acoso. Se trata de una cuestión de modelo de ciudad teniendo en cuenta la perspectiva de género para integrarlas en las políticas de diseño urbano, es decir, garantizar la concurrencia de las calles dinamizando el uso de comercios y el transporte para no generar zonas aisladas y abandonadas.

Además de mejorar las zonas de escasa visibilidad (zonas de escaleras, parques, zonas con arbustos), un aumento de semáforos con pulsador y garantizar una correcta iluminación del espacio público.