La invasión de Ucrania tensiona la relación entre Endesa y el Gobierno por el uso de energía nuclear
El Gobierno ha propuesto una transición energética con un fuerte carácter ideológico, pero traslada la presión de los precios a la empresas
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha aprovechado una entrevista en ‘prime time’ con TVE para avivar la polémica sobre el uso de la energía nuclear en España -sobre todo como tecnología de apoyo hasta que las renovables sean maduras-, justo después de que el CEO de Endesa asegurase que su cierre se trata de un problema “ideológico”. En concreto, el líder del Ejecutivo, en plena polémica sobre los potenciales problemas de abastecimiento energético (y alza de precios) que puede sufrir nuestro país con motivo de la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso, ha señalado este pasado lunes que el cierre definitivo -o alargar la vida- de las centrales nucleares es una decisión empresarial.
El presidente del Gobierno, preguntado por la posibilidad de alargar la vida de las centrales nucleares, aseguró que el actual “apagón” ha sido pactado por las propias empresas del sector. El argumento que ha ofrecido Pedro Sánchez es que “no son competitivas ni financieramente sostenibles para las propias empresas”, aseguraba Sánchez, algo que no encaja con la realidad en el momento de su cierre, y que tras diversas decisiones políticas se han cambiado las reglas del juego. Tras eso llegó la soflama ‘verde’ sobre la apuesta de España en materia de energías renovables.
De esta manera, el presidente no resolvió la duda sobre los potenciales problemas de suministro, y cómo puede ayudar la energía nuclear como tecnología de respaldo mucho más segura que los ciclos combinado que funcionan con gas natural, sino que pasó la responsabilidad a las compañías energéticas. Una cuestión de actualidad que vuelve a surgir de la mano de Endesa que, aprovechando dicho potencial problema de suministro enrgético, ha querido que su CEO se exprese de manera pública. En concreto, José Bogas aseguraba en una entrevista con El País -un puñado de horas antes que el presidente- que no prolongar la vida de las centrales nucleares es una decisión «política, no técnica», pues no soluciona realmente el problema de los residuos ya creados.
Según el CEO de Endesa, es necesario que las centrales nucleares sigan funcionando junto con los ciclos combinados para dar estabilidad y firmeza mientras se lleva a cabo la transición energética. En este sentido, sobre el propio conflicto ucraniano, Bogas explicaba que es un escenario que no se contempla el desabastecimiento-. Aunque Europa obtiene el 40% de su suministro de gas de Rusia, España tiene la conexión con Argelia y cuenta con seis regasificadoras. No obstante, apuntaba que la subida de precios sí va a afectar a España.
Lo que sí parece claro, y así lo han expresado entre otras la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, durante la celebración del Mobile World Cogress en Barcelona, es que el incremento de costes en las materias primas, principalmente el gas natural, provocará que los precios de la electricidad que pagan ciudadanos y empresas se mantengan extraordinariamente caros. Y este es el marco del debate sobre la energía nuclear como apoyo en la transición energética para contener los costes eléctricos con una tecnología estable.
El problema es que el Gobierno ha entrado en una espiral de crimininalización nuclear que le ha llevado a cargar con excesivas tasas e impuestos este negocio por no entrar en su taxonomía ‘verde’. Esto, por su parte, ha conducido a las empresas, y eso es cierto, a que hayan convertido el negocio nuclear en algo poco apetecible.
Endesa ante el histórico conflicto nuclear
Este melón que Pedro Sánchez ha vuelto a sacar a la luz, aprovechando los potenciales problemas energéticos que puede dejar tras de sí el conflicto armado en Ucrania, es uno de los mantras que la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ya ha deslizado públicamente en los últimos meses.
En concreto, a finales de año, y aprovechando un foro público, la ministra quiso dejar claro el sentir del Gobierno en el ámbito nuclear: “Ningún grupo empresarial español está dispuesto a abrir un nuevo ciclo de centrales nucleares de 40 años de duración”. La ministra tiene clara esta idea: “No hay ninguna voluntad ni nadie del sector ha pedido reabrir el debate para un ciclo completo”
Con esta afirmación la ministra Ribera ponía el debate nuclear en el tejado de las empresas, sobre todo Endesa e Iberdrola, que son los principales actores en este segmento. De igual modo, con estas declaraciones pretendía tirar balones fuera con respecto a su gestión y demostrar que si el peso de la energía nuclear no es mayor se debe a la falta de ambición empresarial.
“Acometer el alargamiento” varios años, salvaguardando la seguridad nuclear, “es posible”, pero “pensar en un ciclo de 40 años requiere una inversión casi equivalente a invertir en una nueva central”, a lo que no está dispuesta ninguna empresa española, aseveró, lo que “está bastante alineado con otros países”.
No obstante, en el debate nuclear cabe destacar la fuerte regulación que sufre el sector y que, desde hace años, denuncian las empresas que alegan pérdidas millonarias en este negocio por las tasas e impuestos a los que se enfrentan.