El 70% de las empresas turísticas prevén recuperarse del Covid en 2023 pese a la amenaza de recesión
El sector espera recuperar la facturación de 2019, mientras augura el peor escenario en los últimos años en materia de precios
El 2023 va a ser un año agridulce para el turismo. Cuando parecía que la pandemia quedaba atrás, la guerra de Ucrania generó una incertidumbre global y el temor a una posible recesión económica. En este contexto, la mayoría de las empresas turísticas esperan completar la recuperación postcovid el año que viene, mientras se preparan para lo que podría ser la mayor subida de precios de los últimos años de cara a verano.
Según un informe del Observatorio Nacional del Turismo Emisor (ObservaTUR) donde se hace balance del año y se apuntan a las principales perspectivas para 2023, el 60% de las empresas turísticas esperan obtener una facturación similar a la de 2019 el año que viene mientras que el 10% están convencidas de que la superarán. En otras palabras, el 70% del sector prevé recuperarse del todo y volver a las cifras prepandemia el año que viene.
En este sentido, a cierre del año, el informe asegura que la mitad de las compañías ya venden más que al año anterior al covid. La otra mitad sigue por debajo, pero a niveles poco alejados. El 21% de las empresas incluidas en el estudio facturará en 2022 un 10% menos, la misma proporción que obtendrá ingresos un 20% por debajo de 2019.
Sin embargo, la confianza hacia la economía española de las empresas dedicadas al turismo sigue siendo negativo, aunque experimenta una mejora respecto a los inviernos más recientes, muy marcados por las restricciones para viajar destinada a reducir los casos de covid. Peores previsiones se tienen, por ejemplo, acerca de la evolución de los precios para el próximo verano.
Recesión y precios, las principales amenazas
En este sentido, los profesionales del sector consideran que las dos grandes amenazas de cara al próximo ejercicio económico son la recesión económica, que inquieta al 80% de los encuestados, y el incremento de precios, que pone en alerta al 70%. El 62% de las compañías consideran que el 2023 se presenta con un escenario “desfavorable” en materia de precios, una cifra que era del 41% el año pasado y solo del 21% antes de la pandemia. Se trata de las previsiones más pesimistas en el histórico de estos datos.
Pese a esta situación, el sector confía en que la demanda se mantenga “robusta”, con una población que desea viajar, bien sea por vacaciones o por negocios, según se recalca. En este sentido, se espera que el 2023 pueda ser el año de la consolidación de la confianza plena de los viajeros, hecho que permitirá avanzar en la recuperación. Aun así, los expertos consultados por ObervaTUR admiten que este optimismo está condicionado a una certidumbre y estabilidad, sea el entorno que sea.
Otros estudios apuntant a unas perspectivas simialres. Según un informe elaborado por Pwc y la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), se producirá un incremento de 0,06 puntos en las perspectivas de ocupación previstas para el invierno con respecto a los datos registrados en 2019.
Recorte previsiones de crecimiento de países emisores
Aun así, los factores macroeconómicos llevan a las empresas turísticas a operar con prudencia y a mantenerse alerta. Los principales países emisores de turistas internacionales a España, como Reino Unido, Francia, Alemania e Italia, han recortado notablemente sus previsiones de crecimiento, mientras que los hoteles han sido capaces de ajustar los precios de las habitaciones sin erosionar la demanda, pero permanece la incertidumbre sobre cuánto tiempo se podrá mantener esta situación.
Sobre el cierre de 2022, ObservaTUR apunta a que ha sido el año de la recuperación y de la renovación en la industria del turismo y los viajes, pese a la situación económica del país, y otros episodios adversos, demostrando que es «tremendamente resiliente». Los viajes han comenzado a recuperarse en todo el mundo a medida que se han ido levantando las restricciones impuestas.
Además, los expertos apuntan también a un componente psicológico. “Existe una profunda y arraigada cultura de los viajes, además de unos deseos manifiestos de desplazarse y recuperar la normalidad”. El ahorro acumulado durante el tiempo de la emergencia sanitaria también ha ayudado a catapultar el sector.