El turismo y los fondos europeos serán los únicos motores de crecimiento en España
Bankinter revisa a la baja el PIB y advierte que los fondos Next Gen y la llegada de turistas serán los únicos factores positivos este 2022
La recuperación del turismo extranjero, tras dos años de pandemia, y el repunte de la inversión empresarial, con la puesta en marcha de los proyectos respaldados con los fondos europeos Next Generation, serán los principales motores de crecimiento económico en 2022 y 2023 en España, en un contexto marcado por la inflación, la subida de tipos de interés y los elevados precios de la energía, que harán que el PIB desacelere en la recta final del año.
Estas son las conclusiones del ‘Informe de Estrategia y Perspectivas de Inversión para el 3T 2022’, presentado por Bankinter, donde únicamente se revisa al alza la contribución del sector exterior al PIB por el turismo internacional. En concreto, se prevé una aportación del 0,9% este 2022 y del 0,6% en 2023 frente al 0,5% estimado anteriormente.
El departamento de análisis de Bankinter estima que el turismo recuperará este año en torno al 90% de la actividad que tuvo en 2019, un año récord para el sector, y que se eleve al 98% en 2023, dando casi por superada la crisis.
Asimismo, la entidad destaca que la inversión empresarial debe ser el principal motor de la demanda interna y del crecimiento en general en los próximos ejercicios, por la implementación de los fondos Next Generation. En 2021, se recibieron 19.000 millones, este 2022 se espera un total de 18.000 millones de euros, en 2023 llegarán otros 17.000 millones y 8.000 millones más en 2024.
Y en este contexto, la entidad prevé un impacto positivo al PIB del 1,6% en 2022 (unos 20.230 millones de euros), siendo además el ejercicio que debe concentrar el mayor impacto. En 2023, será del 1,1% según las estimaciones de Bankinter, ligeramente por encima del 1% anterior, lo que se traduce en unos 14.700 millones de euros.
Bankinter revisa a la baja el PIB de España
El banco que dirige María Dolores Dancausa cree que en Europa existen determinados factores que ayudan a impulsar la actividad económica, como la reapertura de los sectores más afectados por la pandemia, un mercado de trabajo sólido y el ahorro acumulado durante la pandemia. Sin embargo, estos factores son insuficientes para evitar una revisión a la baja de las estimaciones de crecimiento.
En lo que respecta a España, ha rebajado sus proyecciones del PIB para 2022 y 2023. Ahora prevén que la economía española crezca este año un 4% frente al 4,4% anterior y en 2023 un 2,6% frente a la estimación anterior del 3%. El departamento de análisis del banco explica que la inflación y el endurecimiento de las políticas monetarias por parte de los Bancos Centrales se han convertido en las principales variables que afectan al potencial de crecimiento.
De hecho, creen que el BCE llega tarde y que, cuando realmente actúe, la economía ya estará desacelerando, lo que hará que las subidas de tipos que aplique (0,25% en julio y 0,5% en septiembre) supondrán más un problema que una solución contra la inflación a corto plazo. Como consecuencia de ello, el ciclo económico se desacelerará en toda Europa, pudiendo llegar a frenarse de forma seria.
La vivienda pierde atractivo como inversión
Por otra parte, Bankinter adelanta que este año habrá “frenazo” en los precios de la vivienda. Estiman que subirán un 1% 2022 y 2023, después de apreciarse un 6,4% en 2021. Principalmente, porque la inversión inmobiliaria pierde atractivo en un entorno de mayores costes de financiación, y en este contexto prevén que el Euribor a 12 meses alcance el 2% a final de año cuando a principios del ejercicio estaba en tasas negativas.
Sin embargo, descartan que haya un sobrecalentamiento del mercado, o indicios de burbuja. Pues, la oferta y la demanda están equilibradas, y no se aprecian excesos por el lado de la financiación, explican. Más de la mitad de las hipotecas firmadas en los últimos años son a tipo fijo, por lo que el repunte de Euribor tendrá un impacto más moderado que en anteriores ocasiones.
También prevén cierto enfriamiento en la actividad inmobiliaria y calculan que las transacciones de vivienda podrían caer un 5% en 2022 respecto al año pasado, tras alcanzar niveles máximos de 15 años en 2021.