Tres ilustres empresarios, la fábrica de Cacaolat y un lío de 160 millones
José Antonio Castro, presidente de NH; Juan Palacios, presidenciable del Madrid; y Miguel Postigo, expareja de Bimba Bosé; buscan comprador para los terrenos
La operación se cerró al calor de la burbuja inmobiliaria. Era 2007 cuando el fondo Proactiva BCN-La Marina se acercó a la familia Ruiz Mateos con tal de comprar los terrenos que ocupaba la fábrica de Cacaolat –entonces propiedad de Clesa— en el centro de Barcelona. El precio de la operación, 160 millones. Tras el vehículo, un trío de empresarios no menos famoso que el vendedor: José Antonio Castro, copresidente de NH Hotel Group; Juan Palacios, presidenciable del Real Madrid y dueño de Viceroy; y Miguel Postigo, expareja de Bimba Bosé.
La operación se cerró en 2008, a pocos meses del estallido de la locura del ladrillo. El fin de la felicidad echó por tierra el proyecto, que quedó en un cajón y la sociedad tuvo que declararse en concurso de acreedores. La firma arrastra una deuda de 97 millones que la ha mantenido en quiebra desde entonces, pero ahora ha visto la oportunidad de aliviar la situación.
Según explican a Economía Digital los gestores de dos fondos de inversión –uno nacional y otro asiático–, los terrenos de la planta se están ofreciendo a todas las socimis, fondos e inversores institucionales que tienen un minuto de tiempo. “El dossier está en todas las mesas, el problema es que muchos lo han guardado ya en el cajón”, añaden.
Castro, Palacios y Postigo piden casi 90 millones de euros por los terrenos
Las razones son dos. La primera, el alto precio que los vips aspiran a sacar. “Piden casi 90 millones, un precio que quizás fuera lógico en 2008, pero ahora desde luego que no lo es”, comparan. Es prácticamente lo mismo que el trío de empresarios pagó en su momento, pues los 160 millones también implicaban la construcción de 320 viviendas.
La recuperación del mercado inmobiliario en Barcelona y la escasez de vivienda son los argumentos que han hecho disparar el precio a los vendedores. “Ahora mismo hay varios proyectos de viviendas de lujo en la ciudad y han creído que podrían aprovechar la ola para vender el edificio con este precio”, señalan.
Unos terrenos con un propietario confuso
El otro motivo que para frenar el interés de futuros compradores es la enmarañada situación en la que se encuentra la finca. Con Proactiva BCN-La Marina en concurso de acreedores, los juicios rodean los terrenos. Las mismas voces justifican que aparcaron el proyecto de forma definitiva por ello: “Si cerrar una operación con una empresa quebrada siempre es más complicado, esta lo es especialmente”.
Así, para comprar la fábrica, el fondo de inversión pidió un préstamo de 97 millones de euros a BBVA, Banco Santander y la antigua Caja Madrid (hoy Bankia). Tras años en la quiebra, el fondo South Boston adquirió los 22 millones de la deuda a las dos primeras y cuando se dirigía a comprar los 69 millones restantes, Deutsche Bank –que asesoraba la operación— se entrometió.
Por ello, el grupo inversor tiene una demanda abierta contra la entidad germana, informó El Confidencial. Sus informes periciales elevan a 70 millones de euros el lucro cesante, pues entiende que el contrato de asesoramiento implica que el banco no puede realizar por su cuenta la operación.
Y mientras fondo y banco andan a la greña, Castro, Palacios y Postigo buscan desesperadamente un halo de luz que facilite aliviar sus deudas. Luego deberán rebajar sus pretensiones.