Tous ganó 30 millones antes de su ‘annus horribilis’
La joyera catalana incrementó sus ganancias justo antes de enfrentarse a una demanda por fraude y al tsunami de la Covid-19
Cuando la cúpula de Tous diseñó los actos para celebrar su centenario poco debía parecerse al calendario a lo que ha terminado por ser este 2020. En enero la firma catalana se enfrentó a una denuncia por fraude contra sus joyas y en marzo la Covid-19 le obligó a cerrar sus establecimientos y a presentar un ERTE para la mayoría de su plantilla. Ahora, en otoño, la firma celebra retomar paulatinamente su actividad y que la acusación fuese desestimada. Sin embargo, el golpe hará imposible repetir las ganancias de 30 millones de euros alcanzadas el año pasado.
Según las cuentas consolidadas de Tous, el grupo ganó 30,01 millones de euros en el ejercicio 2019 frente a los 28,08 millones de beneficios cosechados en 2018. El dato llega impulsado por una subida de las ventas, que ascendieron un 4% desde los 380,5 millones hasta los 395,05 millones de euros.
En plena oleada de optimismo, la firma presidida por Alba Tous aprobó un dividendo de 20 millones de euros, netamente superior a los 14 millones con los que remuneró a la familia Tous y al fondo suizo Partners Group, sus dos accionistas de referencia.
La organización todavía obtiene la mayoría de sus ganancias en España, pero incluso antes de la llegada de la Covid-19 auguraba que sus beneficios e ingresos en el país iban a caer. «Se estima que el previsible debilitamiento del mercado español a lo largo de 2020 se vea compensado por el crecimiento internacional», auguraba la sociedad.
l fatídico 2020 de Tous
Sin embargo, el año se torció pronto. En enero, la asociación Consujoya denunció a la empresa por un presunto delito de publicidad engañosa, falsedad documental, fraude y corrupción entre particulares al decir que los famosos ositos de la compañía no eran puros y estaban rellenos de plástico.
Tras saltar a la agenda mediática, la firma lanzó la campaña Unbreakable para defender su prestigio con la imagen de su oso roto por la mitad con el objetivo de «reivindicar su trayectoria y su pasión por la artesanía».
Semanas después, la Audiencia Nacional desestimó el procedimiento al recordar que Tous adjunta un certificado en el que avisa a los clientes: «Los artículos fabricados mediante el proceso de electroforming pueden contener un núcleo no metálico con la finalidad de conferir estabilidad».
Y cuando el huracán de su relleno se había desvanecido, llegó el golpe del coronavirus. La pandemia obligó a la empresa a cerrar sus establecimientos en España y presentar un expediente de regulación de empleo (ERTE) para la mayoría de sus trabajadores. No fue hasta mayo cuando la organización comenzó a reabrir sus locales con las nuevas medidas de seguridad.