Entre la tormenta bancaria y las críticas por el cierre de sucursales: Kindelán cumple un año al frente de la AEB

Alejandra Kindelán fue nombrada hace un año presidenta de la patronal bancaria convirtiéndose en la primera mujer en ocupar este cargo

Alejandra Kindelán, presidenta de AEB. Fuente: Deloitte.

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Alejandra Kindelán afronta su primer aniversario como presidenta de la Asociación Bancaria Española (AEB). La efeméride llega cuando las turbulencias en el sector financiero — tras el colapso de varios bancos medianos estadounidenses y la caída de Credit Suisse— parecen haber amainado, pero lo que sí que permanece en el horizonte son grandes desafíos como la tramitación de la ley del defensor del cliente bancario, el seguimiento de los recursos del impuesto a la banca o las críticas que recibe la banca por la exclusión financiera.  

«La banca seguirá jugando un papel central para la economía española y el progreso social. Lo hará apoyándose en sus grandes fortalezas: la confianza, la seguridad, la estabilidad y la eficiencia», escribió Kindelán al ser nombrada presidenta de la AEB siendo la primera mujer en ocupar el cargo.  

Un año después, estos retos están, si cabe, más presentes. La crisis bancaria de las últimas semanas ha hecho que tanto las entidades como sus representantes sectoriales, e incluso reguladores y políticos hayan tenido que salir bajo los focos para repetir la fortaleza del sector bancario. La propia Kindelán ha reiterado la fortaleza de la banca española descartando cualquier riesgo de contagio.  

En su primera comparecencia al ocupar el cargo, la presidenta de la AEB se comprometía a colaborar con las entidades para responder a los grandes retos del sector, como son la transformación digital de la banca o la transición hacia las finanzas verdes, entre otras cuestiones.  

En este camino, la AEB ha tenido que adaptarse a las grandes incertidumbres del entorno tras la guerra de Ucrania, que acabó derivando en que la situación de elevada inflación se mantuviera en el tiempo; lo que ha ido marcando el paso en el cambio de la política monetaria del BCE, que empezó en julio a subir los tipos de interés, y ha continuado con su agresivo camino.

«Estamos en un proceso en el que los tipos de interés están subiendo como principal herramienta de control de la inflación, algo que posiblemente siga siendo así, aunque previsiblemente se frene dicho ritmo en algún momento. Lo que están cambiando son las condiciones, pero no estamos viendo restricción. No hay un problema de oferta de crédito. El sector bancario está fuerte y bien», dijo hace unos días en un foro sobre vivienda.  

Tras años de tipos negativos, el cambio de tendencia en lo que el sector denomina una “normalización” de la situación ha generado vientos de cola para el negocio de los bancos, que han tenido que afrontar nuevas críticas sobre su gestión y su papel en la sociedad. Precisamente, Kindelán en una reciente entrevista señalaba que uno de sus objetivos es cambiar la imagen que la banca tiene desde 2008, cuando su gestión empañó el futuro del sector.  

En este contexto, las críticas a la banca han continuado centrándose en la digitalización y sus efectos derivados como son el cierre de sucursales con la consecuente exclusión para el sector rural y de mayor edad. Carlos San Juan, un médico jubilado de 78 años, lanzó una campaña bajo el lema ‘Soy mayor, no idiota’.  

Una crítica que acabó derivando en la creación de un protocolo y un compromiso por parte de la banca para no excluir de sus planes al medio rural, comprometiéndose a proporcionar un punto de efectivo en poblaciones de más de 500 habitantes y otra serie de medidas como la adaptación de los cajeros o el mantenimiento de las libretas de ahorro.

Los frentes legales del impuesto a la banca y el defensor del cliente financiero  

La patronal bancaria también tiene dos retos abiertos en el plano jurídico y regulatorio. Por un lado, AEB y CECA presentaron sendos recursos ante la Audiencia Nacional contra la orden ministerial del impuesto. El Gobierno creó este tributo que de forma transitoria durante 2 años gravará con 4,8% la cifra de los ingresos y las comisiones de aquellas entidades que ganaron más de 800 millones de euros en 2019. 

Las patronales bancarias hicieron de avanzadilla en el recurso del impuesto frente a los bancos que también fueron posteriormente marcando su camino legal. El Gobierno creó este tributo que de forma transitoria durante 2 años gravará con 4,8% la cifra de los ingresos y las comisiones de aquellas entidades que ganaron más de 800 millones de euros en 2019. 

El nuevo defensor del cliente financiero será un organismo que englobe todas las reclamaciones que actualmente se dirigen al Banco de España, la CNMV o la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. La financiación de la nueva institución, que surge por la trasposición de una directiva europea, ha generado controversia por la forma de recaudar los fondos para su funcionamiento.  

En este aspecto, la propia patronal bancaria también se manifestó contra esta forma de pago. La presidenta de la AEB, Alejandra Kindelán, apuntó que hubieran preferido mejorar los actuales sistemas de reclamación para evitar costes y más incertidumbres. Además, Kindelán consideró que la existencia de esta tasa sin importar la resolución final genera un incentivo para reclamar y esto podría aumentar la litigiosidad. 

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