Telefónica y Pontegadea compran el 40% de Telxius a KKR y se hacen con el 100%
Las compañías españolas dan un paso adelante para reforzar su estrategia en el mercado internacional de los cables submarinos
Imagen de uno de los cables submarinos que maneja Telxius. Foto: Telefónica
Telefónica y Pontegadea se hacen con el 100% de Telxius. Las dos compañías españolas han comprado conjuntamente al fondo estadounidense KKR el 40% de las acciones de la compañía de infraestructuras de Telecomunicaciones, especializada en el despliegue de fibra óptica bajo el mar.
Tras la nueva adquisición, el grupo de telefonía presidido por José María Álvarez Pallete elevará su participación en la compañía de infraestructuras hasta el 70% del capital, mientras que la empresa que controla Amancio Ortega llevará su cuota hasta el 30% restante.
Entre ambas desembolsará un importe estimado de 215,7 millones de euros para hacerse con el control de la empresa global de infraestructuras. Sin embargo, el precio está pendiente de que recibe los ajustes correspondientes a la venta del negocio de torres de comunicaciones de Telxius Telecom a American Tower en 2021.
Telxius cuenta con una red de 94.000 kilómetros de cables submarinos
Telxius cuenta con una de las redes de cables submarinos más grandes del mundo. La extensión de su red de fibra óptica bajo el mar supera los 94.000 kilómetros, lo que le permite conectar zonas estratégicas Norteamérica, América Latina o Europa. En total, tiene instalada su tecnología en 23 países de todo el mundo.
«La operación supone una clara apuesta por los cables submarinos, que constituyen unos activos de alto potencial de crecimiento y relevancia industrial en la nueva era digital», han celebrado Telefónica y Pontegadea en un comunicado conjunto.
Las empresas españolas han decidido afianzarse en este nicho de mercado, después de que la crisis del coronavirus haya puesto de relieve la importancia de poder asegurar las telecomunicaciones a gran escala. Las redes de Telxius dan soporte a numerosos clientes empresariales y organizaciones que precisan altas capacidades y baja latencia para llevar a cabo su trabajo.
«Las redes de cable han demostrado ser críticas en su respuesta ante entornos desafiantes, como ha ocurrido durante la pandemia, y serán igualmente decisivas para el desarrollo del metaverso, la web3 y la nueva era digital», han apuntado.
