Telefónica, Orange y Vodafone replantean la guerra comercial por la inflación
Los principales operadores de telefonía tendrán que revisar su estrategia si la inflación no toma otro rumbo
El arte de soplar y sorber a la vez será misión imposible para las telecos españolas. Los principales operadores de telefonía, representados en Telefónica, Orange y Vodafone, tendrán que replantear gran parte de su estrategia comercial los próximos meses. Desde hace varios trimestres, y para beneficio de los usuarios que optan por tarifas sencillas y baratas, ha habido una guerra comercial que ha dejado un reguero de ofertas a muy bajo coste. Pero todo eso se ha topado con un fenómeno que el Gobierno de Pedro Sánchez no es capaz de solucionar: la inflación.
También desde hace bastantes meses, el Índice de Precios al Consumo (IPC) anda a la caza y captura del doble dígito de crecimiento. Aupado por unos precios de la energía que el Ejecutivo intenta limar con la intervención del mercado eléctrico, la realidad es que la inflación comienza a hacer mella en las empresas españolas. Y los operadores de telefonía no serán ajenos a este contexto. Así, Telefónica, Orange y Vodafone deberán tomar una decisión: mantener la guerra de tarifas -y hundir los márgenes-; o adaptarse al precio de la vida, como románticamente se denomina al IPC, y ajustar al alza sus promociones.
El primero en posicionarse de manera clara ha sido Orange España. En un encuentro con los medios para dar cuenta de sus resultados trimestrales, responsables de la compañía han sido muy claros: «La inflación ha tenido un crecimiento inesperado, y estamos haciendo todo lo posible para contrarrestar esto en nuestras cuentas, pero el peso y el impacto es muy fuerte».
Esta es la primera toma de contacto, asumir que la inflación está marcando parte de la futura estrategia de las compañías. Así, pese a tener contratos bilaterales con las eléctricas y acuerdos de luz a largo plazo, las materias primas y el pago a proveedores se ha encarecido de igual modo. Por eso, y tras refrendar lo que sucederá en breve, «ahora no tenemos planificado una subida de precios asociada la inflación a corto plazo«. Luego vendrá la hora de decidir.
«Si esto sigue así [la inflación] y se prolonga en el tiempo, no va a ser descartable que el mundo de las telecomunicaciones tenga que hacerlo [subir precios], pero tampoco ningún otro sector de la economía». Con las cartas marcadas, ahora llega el turno de los movimientos.
Fuentes del sector aseguran a ECONOMÍA DIGITAL aseguran que parece imposible que haya subidas de precios referenciadas con el IPC. Es decir, pase lo que pase nunca habrá una tarifa que suba un 10% mensual. Eso parece lógico y obvio, nadie se va a arriesgar a perder clientes de manera tan flagrante. Pero Telefónica, Orange y Vodafone llevan años acostumbrados a utilizar fórmulas muy discretas para que los clientes, sobre todo los de gamas más premium, terminen pagando más en sus facturas. Y eso es algo que se prevé de nuevo.
¿Qué harán Telefónica, Orange y Vodafone?
El escenario no es sencillo. Ningún operador puede arriesgarse a subir más los precios. De hecho, es un contrasentido del segmento ‘low cost’, que precisamente significa bajo coste. El problema es que ese bajo coste tiene servicios de alto valor añadido, puesto que en estos momentos hay ofertas muy agresivas para captar clientes con conexiones a internet de máxima calidad y datos móviles de manera infinita.
De hecho, desde hace años Telefónica, Vodafone y Orange tienen segundas marcas para adentrarse en este barro. Pero el charco ya salpica a todo el sector, y el alza de precios de la economía es una llamada de atención para asumir que no pueden seguir igual.
Las palabras en público del operador naranja son la avanzadilla de lo que tendrá que hacer todo el sector en mayor o menor medida. Básicamente porque las cuentas de resultados hace meses que dejaron de cuadrar, y los ingresos llevan en decrecimiento continuado desde hace meses.
El denominado cuadro macro del Gobierno de Pedro Sánchez asume que los precios tendrán una aminoración a la baja. Algo que se verá influido por la intervención del mercado eléctrico, que tendrá una duración de 12 meses. Pero la realidad es que los precios mantendrán su senda alcista. Ante este panorama, Telefónica, Orange y Vodafone tienen que decidir soplar o sorber; sobre todo porque a la vez no lo podrán hacer, salvo que aprieten a los clientes con facturas altas, algo que termina siendo un problema, porque entre la velocidad de 500 Mb/s y 1 Gb/s en estos momentos no hay diferencia como para pagar más.