Telefónica cierra la compra de Oi en Brasil
La compañía de telecomunicaciones cierra un capítulo trascendental en uno de sus países clave
Telefónica pone oficialmente punto y final, salvo sorpresa mayúscula, al embrollo de Oi en Brasil. Su filial en el país, Vivo, ha formalizado junto a América Móvil (Claro) y Telecom Italia (TIM) el contrato de compraventa de la red móvil de la compañía brasileña. Está a la espera de la obtención de las correspondientes autorizaciones regulatorias.
La compañía presidida por José María Álvarez-Pallete ha informado este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de que la operación está sujeta, además de a las autorizaciones pertinentes, a determinadas condiciones habituales en este tipo de transacciones, que están previstas en el contrato de compraventa.
Telefónica también apunta en su comunicado al regulador que esta adquisición debe realizarse conforme al plan de segregación de dichos activos,
Como ya se esperaba, Vivo, TIM y América Móvil pagarán 2.684 millones de euros por haber sido declaradas ganadoras en la subasta judicial de estos activos celebrada el pasado diciembre.
La filial de Telefónica en Brasil, por su parte, deberá desembolsar 5.500 millones de reales (894 millones de euros) por la compra de estos activos móviles.
Así se quedará Telefónica en Brasil
La operación de Telefónica Brasil responde a una estrategia defensiva, es decir, una compra necesaria para mantener cuota de mercado y no perder posiciones respecto a sus rivales. El proceso nace de la caída de Oi en el país, que se acogió en 2016 a la ley de quiebras en 2016 por la mala situación económica que atravesaba.
Así, Vivo se hará ahora con 10,5 millones de clientes, 43 megahercios de espectro y con contratos de uso de 2.700 de torres de acceso móvil. Es lo que corresponde por el 33% de la compañía, ya que ha acordado con sus competidores trocearla a partes iguales.
Vivo, TIM y América Móvil crearon un consorcio que resultó vencedor de una subasta, a la que concurrieron en condición de «primer licitador», lo que les daba pie a presentar una contraoferta a cualquier propuesta.
En un primer momento, la operación se puso en contra con la irrupción de Highline Brasil como alternativa, que más tarde fracasó. Highline Brasil está controlada por el fondo estadounidense Digital Colony.