De los casinos a las sicavs: así mueven el dinero los Suqué
El casino de Barcelona aporta la mitad de los beneficios del hólding de la familia Suqué, propietaria del grupo Peralada
Los Suqué son una de las sagas empresariales catalanas con más solera. La familia propietaria del Grup Peralada divide sus intereses entre el sector del juego, el vino y la venta de embalajes de prolipileno pero, como la mayor parte de los apellidos con pedigrí, las inversiones en sicavs y otros vehículos financieros se anotan buena parte del protagonismo. En total, el hólding familiar obtuvo unos beneficios de 24,4 millones de euros en 2016, el último ejercicio disponible en el Registro Mercantil.
El grupo presume de un patrimonio de 507,8 millones de euros y en el año auditado movió hasta 232,5 millones de euros. La división más rentable fue la del juego, con un activo estrella: el Casino de Barcelona. A pesar de las investigaciones tributarias abiertas por la Generalitat, la gestión del establecimiento registró unos beneficios de 11,8 millones de euros. El boom del turismo en la capital catalana fue la cara de un negocio al que se le resiste la transformación digital, pues el juego online tuvo pérdidas de 1,2 millones.
Entre el resto de casinos catalanes, el de Tarragona ganó 2,7 millones y escondió un año más el tropiezo del casino de Perelada, el inmueble más icónico del grupo, que perdió 678.000 euros. En la localidad catalana también gestionan el Hotel Peralada Wine&Spa que, a pesar del récord turístico catalán del año 2016, no lograron rentabilizar: el alojamiento perdió 733.638 euros. El campo de golf anexo tampoco dio alegrías y supuso un agujero de 15.117 euros.
Los Suqué perdieron en los casinos de Uruguay más de lo que ganaron en los de Argentina
El otro hotel del grupo, el cuatro estrellas Termes La Garriga se conformó con unos modestos 9.313 euros positivos en la cuenta de resultados.
A nivel internacional: Argentina fue la cara y Uruguay la cruz. En territorio albiceleste, los dos casinos del grupo se anotaron beneficios por valor de más de 3 millones de euros. En cambio, en el país charrúa los números rojos se elevan por encima de los 3,3 millones de euros.
De este modo, la división de juego, presidida por Javier Suqué, obtuvo unas ganancias totales de 15,2 millones de euros.
Los Suqué: más allá del juego
Si los casinos son la gallina de los huevos de oro de los Suqué, los resultados del negocio de vinos y cavas familiar se mantuvieron en la atonía de la temporada anterior. En 2016 apenas ganaron 720.000 euros gracias a vinos como el Casa Gran del Siurana, los Olivella Ferrari o los propios Peralada. Pero la familia no siempre viaja en solitario. Aliada con la familia Font, propietaria de Bonpreu, la saga gestiona varios supermercados de la marca catalana, con los que obtuvieron un beneficio de 675.666 euros en 2016.
Y en su vertiente industrial, la estirpe catalana cuenta con Poligal, la compañía productora de film plástico de polipropileno para envasar alimentos. El negocio apenas generó 260.000 euros de beneficios con pérdidas en los mercados de Portugal, Alemania, Polonia y México. Sí ganó dinero con las plantas de La Coruña, que registraron beneficios superiores a los 546.000 euros.
Entre el abanico de países, la figura de los Suqué también es habitual en Andorra. En el principado cuentan con una participación del 32% en Forces Elèctriques d’Andorra, una compañía publico-privada que se encarga del suministro eléctrico en el país. Les reportó unas ganancias de 23.451 euros.
Las sicavs de la familia Suqué
Al cierre de 2016, la familia contaba con tres sicavs: dos en España y una en Luxemburgo. Mientras que en el país centroeuropeo la sociedad Luxicav Equilibrio 50 ganó 793.000 euros, las dos firmas españolas –ya liquidadas– registraron resultados dispares. Motivasa de Inversiones perdió 57.020 euros y Valores Mediterraneos ganó 525.000.