Superyates en BCN: el negocio millonario que sus promotores desdeñan
El conflicto social por el futuro puerto de grandes embarcaciones hace que las empresas beneficiadas renieguen --en público-- del negocio que las sostiene
Los superyates de lujo, un negocio creciente en auge, han puesto el ojo en el Port Vell de Barcelona. Los atracos de la embarcación más costosa del mundo, propiedad del magnate ruso Román Abramovich, en el Port Vell comenzaron a despertar los rumores entre los empleados de la empresa que lo reparaba de que el multimillorario petrolero, dueño del Chelsea, había comprado la compañía.
La embarcación, con submarino y lanzador de misiles incluido, hace continuas paradas en Barcelona para su revisión, mantenimiento y reparaciones. La confianza del multimillonario petrolero en el puerto no es casual: la empresa Marina Barcelona 92, ubicada en las instalaciones, revisa y repara una parte sustancial de los superyates más lujosos del mundo.
Negocio creciente
El negocio de la empresa, que facturó 43 millones de euros en 2010, pudiera dispararse con la renovación del puerto para albergar a embarcaciones de gran lujo. Pero los responsables de la compañía niegan que el magnate ruso tenga acciones. “Es totalmente falso. La empresa tiene participación pública y algo así sería conocido por todos”, responde Gabriel Pretus, consejero y socio del despacho de abogados que lleva su apellido.
La compañía, presidida por Jorge Ventosa, el exsocio del polémico empresario Javier De La Rosa, también se niega a hacer valoraciones del proyecto para albergar a los superyates, algo que aumentará su negocio. Precisamente para reforzar este objetivo, su consejero delegado, José García Aubert, se encuentra estos días en China en busca de clientes.
El proyecto de transformación del puerto, en manos de Salamanca Group, una empresa de inversión de capital, pretende crear 150 amarres para barcos de máximo lujo, y un plan que ha levantado la oposición vecinal del barrio de La Barceloneta y actos reivindicativos.
Visitas frecuentes
Las frecuentes visitas del magnate ruso a Barcelona han alimentado los rumores de intereses económicos de Abramovich en la ciudad. Algunos empresarios cercanos señalan que ha inyectado capital en Salamanca, mientras que otros apuntan a que ultima inversiones en el sector inmobiliario.
Pero lo único de lo que están seguros los trabajadores del puerto de Barcelona es que el multimillonario llega en vuelo privado hasta El Prat y se desplaza en helicóptero hasta su embarcación. Nunca lo han visto, pero su presencia y su dinero se hacen notar.