Stellantis Figueruelas cerrará el año lejos de su objetivo de 400.000 coches
El centro aragonés del consorcio holandés incrementa la fabricación este año, pero sigue lejos de sus capacidades por la falta de piezas
Mejorar, pero sin llegar a las épocas de máxima capacidad por culpa de la escasez de semiconductores. Esta es la tendencia general del sector de la automoción para el cierre de 2022 a dos semanas de que finalice el año y que todo apunta que cumplirá la fábrica de Stellantis en Figueruelas, en Zaragoza.
Según informan fuentes sindicales a este medio, el centro automovilístico del grupo holandés no conseguirá llegar a los 400.000 coches ensamblados que se propuso en enero. Mientras la planta acaba de calcular la cifra exacta, estas fuentes aseguran que la producción se ha incrementado en comparación con el año pasado. Aun así, no se ha llegado a esta meta, ni mucho menos superado las cifras previas a la pandemia y a la crisis de los chips.
En 2019, la fábrica zaragozana del consorcio creado por la unión de PSA y Fiat cerró el año habiendo ensamblado unos 471.000 vehículos, un 5% más que en el año anterior y la segunda cifra más alta de su historia. Solo supera este dato el récord de 485.857 coches producidos en la planta en 2007.
La pandemia y más tarde los problemas de suministros dejaron a Stellantis sin opción de superar este récord en 2020, cuando ensambló 390.000 vehículos. Este número se volvió a reducir en 2021 por los sucesivos cierres en las plantas, hasta los 334.000. Todos estas cifras salen de la suma de la fabricación del Opel Corsa y de los SUV Crossland y del Citroën C3 Aircross, fabricados en el centro aragonés.
Otro ERTE en 2023
En este sentido, para poder flexibilizar la producción en función a la disponibilidad de componentes, la dirección y los sindicatos de la empresa aprobaron en diciembre del año pasado un ERTE para este 2022 que afecta a los 5.200 trabajadores del centro. Este plan se va a prorrogar hasta finales del año que viene. El nuevo expediente se encuentra en proceso de negociación, pero lo más probable es que cuente con las mismas condiciones que el que se encuentra en vigencia.
En la reunión mantenida entre la comisión sindical y la compañía este lunes, el gigante holandés ha propuesto mantener el complemento salarial de hasta el 80% del salario y las pagas extras. Además, el ERTE tendrá una duración máxima de 60 días en 2023, es decir 300 turnos de trabajo, con afectación de 80 días de trabajo por empleado. La dirección de la empresa ha pedido reducir la velocidad de un turno de la línea 1, de manera que así se aminore la capacidad productiva, y como consecuencia, haya menos días de inactividad.
Desde los sindicatos, esperan poder mejorar las condiciones del expediente de 2022, así como dar prioridad a la voluntariedad. La próxima reunión tendrá lugar este miércoles. La semana que viene la fábrica de Figueruelas cierra por vacaciones de Navidad.
Problemas logísticos
Por otro lado, y aunque no afecta directamente a la producción ni a los turnos de trabajo; en las últimas semanas el centro aragonés ha visto como los problemas logísticos dejaban casi 10.000 coches ya comprados, con nombre y apellido, sin poder salir de la fábrica. El tapón portuario que se expande por la Unión Europea ha dejado a Figueruelas sin otra opción que aparcar vehículos en zonas anexas a la factoría, según fuentes de la representación de los trabajadores. El centro tiene una capacidad de producir más de 2.000 coches al día. Normalmente, los coches no permanecen en la planta más de 24 horas.
Este cuello de botella tiene su origen en la saturación en el transporte marítimo y terrestre. Los cambios en las rutas por mar producidas por la pandemia transformaron el mapa logístico internacional, lo que también ha afectado al abastecimiento de materias primas en general.
Este fenómeno está afectando, también, a otras fábricas automovilísticas europeas. Sin ir más lejos, el director de la factoría de del consorcio en Vigo, Ignacio Bueno, reconoció la semana pasada una “situación complicada” debido al atasco de vehículos nuevos que se amontonan esperando a ser exportados a otros países. Los puertos de destino no disponen de conductores que transporten los coches por tierra, lo que no permite a los barcos descargar su mercancía.