Springwater consuma el tercer gran fiasco en EspaƱa
El administrador concursal investiga la gestiĆ³n del fondo de MartĆn Gruschka que ya ha enviado a tres empresas a concurso de acreedores
El fondo suizo Springwater, del empresario Martín Gruschka, ha llevado al precipicio a su tercera empresa en España. Después de la asfixia financiera de la cadena de tiendas Miró, actualmente en concurso de acreedores, y del cierre de Unipapel, la tercera víctima es Imtech, una compañía de mantenimiento de grandes infraestructuras industriales econtaba con 1.800 trabajadores y que ha sido diseccionada por su inviabilidad financiera.
Imtech, una multinacional holandesa, entró en desgracia después de un desfalco de 200 millones que la llevó a la quiebra en Holanda, pero la filial española, con más de 100 millones de facturación, fue comprada en noviembre de 2015 por Malawi, una sociedad de apenas 3.000 euros de capitalización, perteneciente a la red de Springwater, y con una historia empresarial prácticamente nula.
A su llegada, la compañía tenía ocho millones de euros en facturas por cobrar que desvió a la empresa Finalter, según han denunciado los trabajadores de la compañía a este diario. “Se ha producido un saqueo a una empresa que era rentable. Y no es una excepción. Es algo similar a lo que ha ocurrido con Miró y Unipapel”, explica Francisco Pozo, representante sindical de Comisiones Obreras. El desmembramiento
En enero de este año, Imtech entró en concurso de acreedores al no hacer frente a sus obligaciones con Hacienda y la Seguridad Social. La inviabilidad la ha llevado al desmembramiento y ahora parte de los trabajadores de la compañía sufren el retraso de las nóminas.
Masa, una filial de ACS, adquirió parte de la empresa pero excluyó el negocio de mantenimiento de grandes superficies, una línea deficitaria en la compañía, y también dejó por fuera a 70 trabajadores en el Campo de Gibraltar y a 45 en Tenerife que trabajaban en el mantenimiento de centrales termoeléctricas.
El administrador concursal de Imtech, el grupo Zubizarreta, ahora ultiman un informe para determinar si el grupo Springwater cometió irregularidades en la administración de la compañía y si hay elementos para determinar que hay culpabilidad en la situación que llevó a la empresa al concurso de acreedores.
Las investigaciones
Los administradores investigan las operaciones durante los últimos dos años de la compañía y presentarán su informe concursal en octubre. Los responsables del informe han asegurado a este diario que la compañía contaba con más de 4.000 proveedores, lo que ha alargado los trabajos de investigación.
Se espera que en menos de un mes el administrador emita el informe que determine si Sprigwater y su propietario Martín Gruschka son responsables de la delicada situación financiera de la compañía, según han confirmado los administradores concursales a este diario.
Springwater, explica el propio Gruschka, adquiere compañías en dificultades para reflotarlas y venderlas. Pero los trabajadores afectados por las quiebras del fondo tienen una percepción contraria. Están convencidos de que el negocio es otro: arruinar empresas y ayudar a empresas a evadir sus compromisos. Springwater niega que ése sea su negocio y asegura que, así como ha tenido fracasos empresariales, también ha tenido éxitos.
La primera compañía de Springwater en dificultades en España fue Miró. El propio director financiero renunció con la impresión de que sus dueños estaban exprimiendo a la compañía. Con Unipapel, que fue a la liquidación, una magistrada emitió un voto particular que ponía en duda los propósitos de la compañía.
La juez Emilia Ruiz-Jaramo sembró dudas sobre el verdadero propósito empresarial de Springwater. En un voto particular, aseguró que el tribunal debió haber investigado el fondo de la denuncia en Unipapel para dilucidar si la venta de Unipapel se trató de un negocio simulado para que la empresa vendedora, Adveo, evadiese los finiquitos de los trabajadores en el momento de la liquidación.
Ā«Lo procedente hubiera sido analizar y resolver sobre si la transmisión de la división industrial de Adveo a Unipapel, que provocó la subrogación de esta mercantil en los contratos de trabajo del personal de Adveo en las plantas de Madrid, Logroño y Aduna, se formalizó en fraude de ley, puesto que se trató de un negocio simuladoĀ«, explicó la magistrada. El sindicato UGT denunció a Gruschka ante la Audiencia Nacional por administración desleal en el caso de Unipapel.
Se trataría de un mecanismo para que las empresas en dificultades evadan sus compromisos con trabajadores. La opinión ya es conocida por el equipo de administración concursal que ahora estudia el pasado empresarial del fondo en España y su último fiasco empresarial.