Springwater alarma a sus empresas españolas por la descapitalización
Las empresas adquiridas por el fondo de riesgo suizo aseguran que Springwater prioriza la expatriación de beneficio a las inversiones urgentes
El fondo de capital de riesgo suizo Springwater mantiene en tensión a las empresas que ha comprado recientemente en España. La compañía, en manos del empresario Martin Gruschka, ha prometido grandes inversiones, renovación y potenciación de las compañías que ha adquirido.
Fundada en 2002, Springwater ha comprado a precio de saldo la agencia de viajes Nautalia, la línea área Wamos, las cadenas de tiendas Miró, de las franquicias Peggy Sue, la empresa de ingeniería Imtech y la distribuidora de prensa y revistas SGEL, entre otras.
La prioridad: el dinero en Suiza
En todas las compañías ha prometido reflotar las sociedades e inyectar importantes inversiones para devolverles la competitividad perdida. Pero, lejos de las promesas, la empresa parece tener prisa por expatriar el dinero que producen sus participadas, según explican desde las tesorerías de las compañías.
Springwater ha declinado a responder las preguntas de este diario, pero asegura que ha realizado más de 30 inversiones y que actualmente cuenta con 15 grupos empresariales en su cartera, que suman .500 millones de euros de facturación. En pocas, palabras se presentan como una empresa de inversión sólida y segura.
Los restaurantes
Los fondos de capital de riesgo no suelen preocuparse demasiado por la especialización en las áreas de negocio. Lo mismo adquieren una empresa de ingeniería de punta que una cadena de hamburguesas. Lo suyo son los números. Comprar a precio de saldo, engordar la empresa y vender lo más rápido posible. Por eso Springwater adquirió este verano la cadena Peggy Sue.
La franquicia de hamburguesas, con unos 30 establecimientos atravesaba una situación límite cuando el fondo suizo la engulló. Debía sueldos de hasta tres meses a los empleados y los proveedores habían dejado de servir producto por las deudas acumuladas de la marca.
Springwater prometió repotenciar el negocio e internacionalizarlo. Al mando de las operaciones, Gruschka ha puesto a un joven al frente de la marca. Se trata de Baptiste Azais, un directivo que tuvo una breve experiencia laboral en Unilever y en Heineken pero que es amigo personal de Gruschka, según han explicado fuentes cercanas a la empresa.
Springwater ha prometido grandes cambios pero no han llegado a la cadena que sigue afrontando elevados costes operativos. Los franquiciados están alarmados por la falta de experiencia de Arzais. Temen que su escasos conocimientos del sector terminen por llevar a pique la marca.
Miró y Nautalia
La firma suiza adquirió a las empresas en situación límite. Algunas de ellas ya estaban en concurso de acreedores y a punto de liquidación como el caso de la cadena de tiendas Miró. El administrador concursal de la marca, Ignacio González Pisón, admitió a última hora la oferta de Springwater y le vendió la cadena de tiendas.
Poco después, el administrador concursal fue nombrado director general y se le encargó acometer una importante inversión y de inaugurar 34 establecimientos comerciales. Pero nada de eso ocurrió y la compañía carece de género suficiente y afronta graves problemas para pagar los alquileres. Algunos propietarios ya han amenazado a la marca con el desahucio en caso de que no se pongan al día con las obligaciones.
Springwater compró Nautalia en abril de 2014 y en noviembre su fundador Martin Gruschka gastaba 30.000 euros con las tarjeta de crédito de la empresa en hoteles de lujo en Luxemburgo, Ginebra y Londres. Uno de los hoteles costó a la empresa 10.000 euros, según denunció Rafael Montoro, exdirector de Nautalia que llevó el caso a los juzgados.
Pero poco tiempo después, Montoro, que había tenido un conflicto laboral con los nuevos dueños, llegó a un acuerdo extrajudicial y aseguró que todo se había tratado de «un malentendido contable».