La inflación española agrava aún más la caída de la demanda industrial

Las empresas manufactureras en España retroceden hasta niveles de 2020 por la bajada de la demanda, según el análisis de la calificadora S&P

La industria asume que la crisis de suministros se alargará hasta 2022./ EFE

Industria./ EFE

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La inflación pone a las industrias en jaque. Si hasta ahora tenían que hacer malabares para hacer frente al aumento costes de las materias primas, ahora el incremento de precios también hace mella en la demanda. El sector español retrocede más que las manufacturaras de la Unión Europea por las presiones inflacionistas y la incertidumbre económica. La situación no es mejor en el resto del continente, pero, por ahora, el golpe de los precios sobre la demanda ha sido más leve.

Así lo expone el índice PMI de la consultora S&P Global, un indicador que pretende mostrar en una sola cifra la evolución del comportamiento del sector manufacturero. En el mes de julio, registró 48,7 puntos en España, cuatro por debajo de los 52,6 anotados en junio y su nivel más bajo desde mayo de 2020. Este índice utiliza el 50 para exponer el nivel de ausencia de cambio, es decir, si la cifra está por encima, el sector crece; si es igual a 50, se mantienen estable; y, si está por debajo, retrocede.

En la eurozona, el indicador también traspasa este umbral, pero en menor medida: cae a los 49,8 puntos. Es la primera contracción de las condiciones generales del sector manufacturero en poco más de dos años.

Según el documento que analiza el sector en España, la industria experimentó la mayor caída de nuevos pedidos en más de dos años por “el entorno cada vez más incierto”, además de “los altos precios que han impactado sobre la demanda”. Esto ha llevado a algunas empresas encuestadas por S&P Global a prever una recesión de cara a la segunda mitad del año.

Obviamente, una menor demanda de nuevos pedidos se trasladó a los niveles de producción por la reducción de las cargas de trabajo. En julio, se mostró la primera contracción de la fabricación desde enero de 2021.

Mientras tanto, los datos referentes a los países de la Unión Europea consideran este fenómeno un factor más en un cúmulo de circunstancias. En este sentido, la producción de la zona euro cayó por segundo mes consecutivo en julio, a un ritmo más acelerado. Según las empresas encuestadas por la consultora, la escasez de suministros aún son el principal obstáculo en las operaciones de las fábricas, además de notar un absentismo de personal debido al covid. La bajada de la demanda de nuevos pedidos también ha impactado, pero en menor medida.

En este sentido, según datos del Euroestat la inflación de julio en España se encuentra dos puntos por encima de la media de la eurozona. Si en los países de la UE los precios eran 8,9% más altos que en 2021, en España subieron un 10,8%.

Se acortan los plazos de entrega

Más allá de la demanda, los factores que atribuyen el estado del sector en Europa también se incluyen como agravantes en las contracciones de las industrias, aunque empiezan a dar pasos atrás. La inflación de los costes fue la más baja en los últimos diecisiete mese en la nación y asegura que «las dificultades del lado de la oferta mostraron nuevas señales de disipación”. Aunque sigue elevada, la inflación de los costes de los insumos, los bienes empleados en la producción de otros bienes, mantiene una tendencia a la baja, justamente por la disminución de su demanda.

De la misma manera, los retrasos en la cadena de suministros siguen presentes, pero se debilitó el grado de alargamiento de los plazos de entrega. Aun así, los precios de la energía no permitieron a las empresas espanyolas rebajar sus tarifas.

La inflación en los costes fue la más baja en julio de los últimos diecisiete meses

Por otro lado, el índice de la confianza empresarial y las previsiones de las compañías se sitúan en los niveles más bajos desde la primavera de 2020, coincidiendo con el primer estallido del covid. La inflación, la guerra en Ucrania y el temor a la recesión han puesto obstáculos a un escenario más optimista.

“Las empresas están cada vez más preocupadas por la continuación de la recesión económica en los próximos meses y, por ello, están tomando posiciones cada vez más defensivas, tal y como lo demuestran los recortes de empleo, de los inventarios y de las compras”, argumenta Paul Smith, director económico de S&P Global Marquet Intelligence.

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