Socios del Cercle d’Economia maniobran para evitar elecciones en la institución
Miembros de la institución creen que los comicios pueden fracturarla y debilitarla y creen que los expresidentes deben movilizarse para que haya un pacto entre Guardiola y Cañadas y una lista de consenso
La junta, los expresidentes y los socios del Cercle d’Economia asumen con normalidad las primeras elecciones de su historia, previstas para el 12 de julio. Pero en algunos casos, es solo una pose. De cara afuera, las celebran, como un paso natural de una institución democrática; pero de puertas para adentro, temen que fracturen y debiliten la institución y presionan para que se eviten y haya una lista de consenso, como es tradición.
Jaume Guardiola y Rosa Cañadas son los dos socios que, cuando Javier Faus y su junta den el pistoletazo de salida, dentro de una semana, recogerán los 50 avales para presentarse a las elecciones. El primero, el continuista, designado por la junta actual, de la que forma parte. La segunda, la alternativa, que trata de recoger el descontento con la gestión de Faus para vencer a su sucesor.
Las jornadas del Cercle arrancaron este miércoles y las elecciones que se esperan para dentro de algo más de dos meses fue uno de los hechos que marcó la jornada. No porque se hablara de ello en público, ni se hizo ni se hará, sino porque era la comidilla entre los socios en los corrillos y en las pausas para el café.
Dentro de la sala de actos del Hotel W de Barcelona, fair play. Cañadas y Guardiola se saludaron, como muestra la fotografía que ilustra este artículo, y se sentaron en la segunda fila, con pocas sillas de diferencia. En primera fila Faus con los VIP, de Pere Aragonès y Ada Colau a los CEO y presidentes del Íbex Josu Jon Imaz, José Bogas y Antoni Llardén.
Fuera de la misma, comentarios, preguntas, quinielas y también muchos lamentos con respecto a las elecciones del Cercle. Preguntados por Economía Digital, algunos expresaron, off the record, su desacuerdo con el hecho de que se celebren elecciones por primera vez en la historia de la institución y su deseo de que finalmente no las haya.
Incluso alguno aseguró que estaba habiendo peticiones, dirigidas a la actual junta y a los expresidentes, como Juan José Brugera, Antón Costas y Josep Piqué, que tienen mucho peso, para que intenten que solo haya una candidatura de consenso, como es tradición en este lobby empresarial y de la sociedad civil barcelonesa.
“No debería haber elecciones, las decisiones las tenemos que tomar por consenso”, aseguraba un socio histórico del Cercle que prefiere permanecer en el anonimato. “La junta y los expresidentes tienen que evitarla, que pacten”, decía una segunda fuente. “Cada vez más socios estamos de acuerdo”, exclamaba otro.
Los motivos que esgrimen es que se mantenga la tradición de lista de consenso para que vayan todos a una y no haya fracturas ni batallas. Temen que unas elecciones dividan y dejen herida una institución con un gran peso de la tradición, los galones y la jerarquía. La tradición también mandaba que el sucesor fuera alguien de la propia junta, preferiblemente un vicepresidente, y de hecho, algún empresario que ha sido muchos años vicepresidente, como Marc Puig, la rompió al no postularse pese a que muchos pensaban que “le tocaba”.
Las fuentes consultadas aseguraron que este sentimiento contrario a las elecciones es cada vez más mayoritario, algo, que sin embargo, es difícil de corroborar. Otras fuentes aseguran que por qué no unas elecciones, demostrar que el Cercle es una institución democrática. Los primeros matizan, sin embargo, que no son contrarios al hecho de que haya elecciones sino de que no se busque el consenso.
Elecciones precedidas de polémica
Las elecciones arrancarán con cierta polémica. Las críticas a Javier Faus se iniciaron hace dos años, y fueron lideradas incluso por expresidentes como Brugera, por tomar decisiones importantes sin pedir su opinión ni consultar, con un estilo excesivamente presidencialista.
Los críticos, liderados ahora por Rosa Cañadas, que es la que se ha atrevido a dar el paso de presentarse pese a no tener el apoyo de la junta, cargan a Guardiola con la herencia de Faus, pues el exconsejero delegado de Banc Sabadell sí es el candidato del actual presidente, lo que ha generado también cierto malestar.
Las aguas están revueltas y los socios lo saben y lo perciben, por eso cada vez más quieren evitar elecciones. La gran pregunta es: ¿quién tendría que dar un paso atrás? No se mojan. Ambos candidatos han descartado hacerlo y cuando se les pregunta por una lista de consenso, no dicen que no pero siempre es con ellos al frente.
Las jornadas del Cercle no han hecho más que empezar y la campaña ni eso, pues no está oficialmente convocada, por lo que no se pueden ni recoger avales, pero la precampaña sí, y está siendo intensa. En la primera tarde, ambos se dejaron ver, si bien Guardiola estuvo más activo en el hall del Hotel W hablando con los invitados, personalidades y, claro está, con los socios. También lo tiene más fácil, pues está en la junta y es el señalado sucesor.
Las conversaciones y contactos seguirán este jueves y viernes, pues el ambiente es claramente preelectoral. Quizá no pidan directamente el voto, pero recogen simpatías y conciertan comidas. Ya llegará el momento de pedirlo de forma explícita, si bien en privado ya lo están haciendo ambos candidatos, que tienen a sus respectivos equipos de campaña a pleno rendimiento.