Smöoy: la franquicia española que conquista países insospechados
La tienda de yogures se expande en Argelia, Marruecos e India, donde abrirá 200 locales
Creó la franquicia sobre la base del conocimiento familiar, que acumula 85 años en el negocio de los helados tradicionales. Pero a nadie sorprendió más que a Nuria Sirvent, fundadora de Smöoy, una cadena de yogures helados, la expansión de su negocio en mercados muy poco tradicionales como Marruecos, Argelia e India.
Sirvent no planificó el negocio para países en desarrollo. Pero uno de sus franquiciados master apostó fuerte por esos mercados y Sirvent lo apoyó en la aventura. Hasta ahora, parece que el riesgo rendirá frutos. El fabricante español de yogures helados tiene previsto abrir próximamente 200 tiendas en India. A todos proveerá la materia prima en una nueva planta de 6.000 metros cuadrados que abrirá en Murcia.
“Uno piensa en esos países como lugares muy pobres, pero lo cierto es que hay millones de personas con alto poder adquisitivo y que hacen vida en los centros comerciales de lujo”, explica Nuria Sirvent.
La chispa de la casualidad
Sirvent halló el producto sobre el cual hoy se basa la expansión de la franquicia, el yogur helado, por casualidad. Su hermano, maestro heladero, intentaba dar con la fórmula de un helado prebiótico y, entre las opciones, surgió la idea del yogurt helado que hoy conquista a los bolsillos más holgados de los países con grandes desigualdades. “Podemos utilizar la denominación ‘bajo en grasa’ porque tiene menos de 3% de grasa”, explica Sirvent.
Los responsables de Smöoy aseguran que, sin hacer ningún tipo de promoción, reciben una docena de solicitudes de información diarias de inversores. “La franquicia exige unos 100.000 euros y calculamos un retorno de la inversión en una temporada y media”, explica Sirvent.
La alta demanda que han generado las nuevas aperturas (también contará con tiendas en Chile y Panamá) ha hecho que Smöoy abandone la producción bajo esquema artesanal para fabricar a gran escala. Los dueños aseguran que eso no traerá inconvenientes. “El sabor se basa en la calidad de la materia prima”, remata Sirvent.