Simón aplaude la entrada de Veolia en Agbar: “Nos hace más fuertes”
El presidente de Agbar pasa página de Suez y asegura que con el nuevo máximo accionista, la empresa catalana tiene más oportunidades
Agbar ha cambiado de accionista de control en el último año, por lo que Ángel Simón, que no se prodiga en apariciones públicas, habló este miércoles por primera vez de la entrada de Veolia ante los stakeholders de la compañía. Lo hizo para aplaudir el cambio y se olvidó de su anterior accionista, Suez, al asegurar que ahora la compañía es más fuerte.
El presidente de Agbar cerró la junta general de grupos de interés de la compañía y, además de marcar las líneas de lo que es y debe ser la actuación de la empresa de aguas y servicios, también aprovechó paras comentar el cambio en el accionariado y mostrarse optimista con respecto a lo que puede beneficiarla.
“Hemos tenido un cambio accionarial, y Veolia, nuestro nuevo accionista, nos apoya y nos hace mucho más fuertes en nuestra actuación”, explicó Simón en el evento para explicar sus prioridades y dar voz a los grupos de interés, como plantilla, clientes, partners, proveedores y administraciones.
Tras esta introducción, recordó las cifras de Veolia, un auténtico gigante sobre todo después de absorber Suez, y aseguró que eso es una ventaja para Agbar: “Un grupo de 40.000 millones de ingresos nos proporciona una mayor capacidad de actuación y muchas más oportunidades para afrontar todos los retos a los que tenemos que hacer frente”.
Estos retos tienen en el centro afrontar la emergencia climática, partiendo de varios ejes, como la corresponsabilidad, la acción social, la digitalización, la innovación y la gobernanza. “Nosotros ofrecemos como empresa ese contrato social, adquirimos compromisos con nuestros grupos de interés, con nuestros trabajadores, clientes, proveedores y administración, siempre abiertos al diálogo”.
Simón fue nombrado el año pasado presidente de Veolia para Iberia y Latinoamérica, después de que dicha compañía se hiciera con el control de Suez, y la absorbiera, tras una larga, tortuosa y polémica opa. De hecho, la cúpula de Suez, de la que el Simón formaba parte al ser vicepresidente de dicha compañía, se opuso a la misma, buscó alternativas y presentó batalla incluso judicial. Finalmente, cuando se le agotaron los recursos, aceptó la operación.
La compra supuso también asegurar la continuidad de Agbar en un gran grupo. Suez estaba estudiando la venta de la empresa de las aguas de Barcelona, e incluso La Caixa se había interesado en hacerse con una parte, pero Veolia le quitó el cartel de “se vende” al considerarla clave en su estrategia.
Sí a la nueva ley Garzón, pero también para la administración
El presidente de Agbar también habló de la futura ley de servicio al cliente, que obligará a las empresas a responder las llamadas y reclamaciones en tres minutos. “Las empresas que tengan que adaptarse, van a tardar, no se hace de hoy para mañana”, advirtió.
Simón auguró que no todas las empresas lo cumplirán, por falta de capacidad o de voluntad, porque prefieran pagar las multas antes que invertir y cambiar culturas internas para reducir el tiempo de atención al cliente. “Este no va a ser nuestro caso”, aclaró.
Y también quiso dejar claro que las empresas tienen que adaptarse, es su obligación para con los clientes, pero también el sector público: “Esperamos que aplique también a las empresas públicas y administraciones”.