Semon despega y reabre l’Indret
La cadena vuelve a abrir el restaurante y ya triplica el número de trabajadores que heredó tras el concurso de acreedores
Dos meses y medio después de que el juez les adjudicara Semon, los hermanos Pedro y Paulino Robles lideran la recuperación del servicio de restauración. Ya el pasado lunes la cadena reabrió el restaurante l’Indret; uno de los baluartes históricos del grupo. Desde entonces, han rozado el lleno, explican, en su apuesta por abrir el negocio a un nuevo público sin renunciar al cliente de toda la vida.
«El cliente tradicional se nos acerca y nos da las gracias por haber vuelto», explica Pedro Robles a Economía Digital. Sin embargo, los nuevos propietarios perciben que el consumidor de siempre ha envejecido. Por ello, han ampliado el abanico de precios. Tanto se puede adquirir caviar a 90 euros el kilo como degustar el menú de mediodía por 19 euros o cenar por 30. «Atacamos a aquellos treintañeros que ya no pueden gastar 50 o 60 euros en una comida», ilustra.
Triplicar la plantilla
Semon llegó a contar con una plantilla de 40 personas, pero en el momento de su adjudicación, el pasado julio, sólo se mantenían seis. Actualmente ya son 21. «Todo el personal que hemos contratado son trabajadores que han ido cayendo con los sucesivos EREs que ha sufrido el grupo», explica. Además, de cara a la campaña de Navidad calculan que necesitaran hasta «cinco o seis personas más»; especialmente en el departamento de cocina.
El siguiente paso es consolidar la cadena precisamente antes del aluvión de demandas en el periodo navideño. Actualmente ya no pueden contar con las cocinas de Mercabarna de las que disfrutaba la antigua compañía. «Buscamos un nuevo centro para la producción y el almacenaje», vislumbra Robles. Una inversión importante que se sumaría a «los hornos de convección, neveras y maquinaria de cocina» que han adquirido en los últimos meses. Es el principal motivo para que el servicio todavía genere números rojos.
En conflicto por el alquiler
Pero el mayor deseo de los hermanos Robles es solucionar el conflicto que rodea el alquiler del local en el que se ubica Semon. Los propietarios del inmueble llegaron a un acuerdo con el otro grupo que se presentó al concurso, Mercès, para la renta de la instalación y no reconocen a La Despensa de Laforja. Por dicho motivo, el conflicto se encuentra en un proceso judicial en Barcelona.