Seat se propone fabricar 500.000 coches eléctricos en Martorell (si el Gobierno cumple con sus demandas)
Seat dio nuevas pinceladas de su apuesta eléctrica tras meses de informaciones acerca de la producción de un vehículo limpio en España. Si hace tres semanas la compañía dio el pistoletazo oficial de salida al proyecto con la presencia del Rey Felipe y el presidente Pedro Sánchez, ahora da a conocer el objetivo final de todo el plan: llegar a fabricar 500.000 vehículos limpios al año en la planta de Martorell (Barcelona).
La filial de Volkswagen AG ofreció este lunes más detalles sobre su proyecto de electrificación: un hoja de ruta que termina con la transformación de su instalación en Cataluña en una fábrica totalmente limpia, pero que viene con numerosas demandas al Gobierno. De no cumplirse, todo el proyecto se volverá a guardar en el cajón.
El presidente de la compañía, Wayne Griffiths, puso como fecha el año 2025 para el lanzamiento del nuevo eléctrico de la firma. La organización aspira a producirlo en Martorell junto a otros cero emisiones del resto de marcas del grupo Volkswagen. A la espera de definir los volúmenes y su calendario, la cifra de referencia es el medio millón de automóviles al año.
El automóvil será aproximadamente del tamaño del Seat Arona y costará entre 20.000 y 25.000 euros. Todavía no está claro bajo que marca se comercializará, aunque los sindicatos piden que se haga tanto bajo el nombre Seat como Cupra.
Pero alcanzar las 500.000 unidades es una meta para la que antes hay que superar diferentes etapas. Y la mayoría no dependen únicamente de la empresa. Atañen al Estado y las políticas públicas que pueda desarrollar a lo largo del próximo lustro. Los deberes comienzan este mismo 2021.
El primer estadio del proyecto implica el desarrollo de un ecosistema eléctrico en España, apartado en el que el país está muy por debajo de la media europea. Según explicó el dirigente, para este año la cuota de mercado en la venta vehículos limpios debería saltar desde el 4% actual a aproximadamente el 10% –la media continental–. Además, los puntos de carga deberían ascender desde los 8.000 actuales hasta los 28.000. «Es un requisito, sí», confirmó cuando se le preguntó.
La fábrica de baterías «tiene que estar en España», dice Seat
El siguiente paso es el apoyo de la ansiada fábrica de baterías. «Tiene que estar en España», se limitó a decir Griffiths. Compañía y Gobierno negocian la creación de un consorcio que todavía no está constituido y para el que todavía falta encontrar el socio tecnológico que sea capaz de producir las celdas. Las piezas se ensamblarán, eso sí, «en Barcelona o en Martorell», añadió.
Para la planta de cargadores será indispensable el uso de los fondos europeos Next Generation EU. Tras presentar el Manifiesto de Interés de la mano de Iberdrola, Caixabank, Gestamp, Grupo Antolin y hasta una docena más de empresas al Ministerio de Industria, ahora es el momento del Ejecutivo. El Consejo de Ministros deberá licitar el PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) para acceder al dinero continental.
«No podemos transformar nosotros solos la industria española», advirtió Griffiths. Y añadió: «Queremos saber si contamos con el apoyo tanto del Gobierno como de la Unión Europea; su respaldo es necesario. Esperamos poder confirmar nuestros planes dentro de poco tiempo». Países del este de Europa subvencionan más del 30% del coste de una planta de estas características.
Si se quiere comenzar a producir un eléctrico en Martorell en 2025, el proyecto deberá cerrarse este mismo año tras llegar a un acuerdo con el socio tecnológico necesario para hacer las baterías. «El grupo Volkswagen trabaja con las principales empresas del sector», puntualizó el directivo.
Seat perdió 194 millones en 2020
Más allá de dar a conocer nuevos detalles de su apuesta eléctrica, Seat también hizo públicos sus resultados de 2020. La automovilística española venía de obtener unas ganancias de 346 millones de euros, pero el estallido de la pandemia provocó un desplome del resultado hasta unas pérdidas de 194 millones.
La organización sufrió un descenso del 21% de los ingresos, que quedaron en 8.784 millones frente a los 11.157 del ejercicio anterior. Las entregas quedaron en 427.000 unidades, el 25,6% menos de las 574.100 que comercializó en 2019. Además, Seat tuvo que hacer frente a las sanciones de la Unión Europea al incumplir los límites de emisiones marcadas por la institución. De este modo, el resultado operativo quedó en unas pérdidas de 260 millones de euros.
“Nuestro objetivo es aumentar las ventas y recuperar nuestros volúmenes a los niveles anteriores a la Covid-19”, señaló Griffiths. “La clave será el aumento de las ventas de eléctricos así como la reducción general de gastos y la gestión de los ingresos”, añadió.