Seat: el ERTE por la falta de componentes afectará a menos de 1.000 trabajadores
La automovilística recortará un turno de la línea que ensambla el León y el Formentor, lo que supondrá una reducción de la producción de 18.000 coches en Martorell
Tras el parón navideño, a Seat le espera el primer obstáculo de un 2021 en el que dibujó su recuperación tras la pandemia. La compañía anunció a finales de diciembre que se vería obligada a recortar producción durante el primer semestre del año por la falta de piezas; una reducción que vendría acompañada de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). El ajuste esta vez será muy diferente al del pasado marzo, que afectó a toda la plantilla: solo se aplicará a menos de 1.000 trabajadores.
Empresa y sindicatos se reunirán esta misma semana para tratar los detalles del plan. Se espera que se apruebe sin excesivos contratiempos a lo largo del mes de enero, pues las relaciones entre son fluidas y ambas partes tienen por la mano la gestión de este tipo de medidas.
La falta de semiconductores se notará a partir de febrero, cuando se eliminará un turno de la línea 2 de la fábrica de Martorell (Barcelona), la que ensambla el Seat León y el Cupra Formentor. La supresión golpeará a aproximadamente un millar de trabajadores, pero no todos se verán afectados por el ERTE.
La producción del Ibiza y el Arona engullirá parte del personal sobrante
La automovilística pretende que parte de los empleados del turno sobrante pasen a desempeñar sus tareas en la línea 1, encargada del Seat Ibiza y el Seat Arona. La plataforma funciona a dos turnos y medio, por lo que pasaría a funcionar al máximo de su capacidad. Sin embargo, se necesita menos personal por vehículo, por lo que no podrá engullir a la mitad del turno de la línea dos.
De este modo, las fuentes consultadas calculan que el volumen final de trabajadores afectados rondará los 700. La duración será de alrededor de tres meses, estiman las mismas voces.
La compañía que preside Wayne Griffiths asegura, durante la crisis del coronavirus, los proveedores de semiconductores priorizaron su uso para electrónica de consumo, cuyas ventas resistieron mejor por la caída de la fabricación de vehículos a motor. En el caso de la organización española, la caída en 2020 fue del 30%.
Por ello, ahora no tienen suministro para atender la recuperación del automóvil. Es un problema, según Seat, al que no se enfrenta solo la marca española sino todo el grupo Volkswagen –que también engloba a Volkswagen, Audi, Skoda y Porsche— y la industria de las cuatro ruedas de forma generalizada.
El primer ERTE ¿de muchos?
Sin embargo, en el sector se da por sentado que no será el único ERTE que la compañía deberá plantear a lo largo del año. La organización ha visto como la producción se ha tensionado desde la vuelta de las vacaciones veraniegas por la falta de distintas piezas. En otoño ya tuvo que rebajar sus expectativas para la recta final del ejercicio y eliminar 8.500 unidades previstas sobre el papel.
Si la segunda ola del coronavirus ya provocó desabastecimiento en algunos componentes y el cierre de algunos de sus principales mercados, como Reino Unido y Francia, una tercera oleada tendría implicaciones similares. «De haber restricciones importantes en Europa del Este o en Italia, la operativa volverá a sufrir, por lo que es más que probable que debamos cerrar Martorell algún día», zanjan las mismas voces.
A pesar del panorama, Seat confía en recuperar la producción perdida en la segunda mitad del año, cuando se augura una normalización de la economía gracias a la vacuna. Por ello, diseñó un 2021 en el que ensamblará hasta 483.000 coches en su fábrica catalana frente a los apenas 350.000 que logró sacar a la carretera a lo largo del año pasado. Antes de la pandemia, la instalación cerró 2019 con 500.005 automóviles ensamblados.