Seat cerrará Martorell (temporalmente) por la falta de motores
La automovilística española estudia distintas opciones para hacer frente al desabastecimiento: desde cancelar turnos extraordinarios a un ERE temporal
Al grupo Volkswagen se le acumulan los contratiempos con la nueva ley de emisiones WLTP. Primero tuvo que cerrar sus plantas Zwickau y Salzgitter, luego planteó un ERE temporal para la instalación de Navarra y ahora estudia cómo solventar la falta de motores homologados en la fábrica de Seat en Martorell. Sobre la mesa: desde cancelar los turnos extraordinarios, como ya se hizo en julio, hasta presentar otro expediente de regulación de empleo temporal.
Fuentes internas de la compañía explican a Economía Digital que a finales de julio, el vicepresidente comercial de la empresa, Wayne Griffiths, trasladó a la plantilla que no contaban con tener muchos problemas. No obstante, la certificación de los propulsores sigue sin llegar, por lo que el grupo contempla diversas soluciones con tal de no formar un cuello de botella en el centro catalán.
Un portavoz del fabricante avanza que se está analizando la situación y que contarán con más información “en los próximos días”. Como cada año durante el mes de agosto, la instalación permanece ahora cerrada, por lo que todavía no existen afectaciones.
La opción más suave será la de cancelar las jornadas extraordinarias previstas para el mes de septiembre, algo que ya ocurrió en el mes de julio. Suprimir los seis turnos de la línea 1 –el equivalente a dos días de trabajo– dos turnos de la línea 2 programados para todo el mes sería la solución para el desabastecimiento más suave. También hay otros cinco turnos para la última semana de agosto.
Seat podría cerrar la fábrica con las medidas de flexibilidad previstas en el convenio colectivo
Si es necesario parar la producción durante más días, Seat puede recurrir a medidas de flexibilidad previstas en el convenio colectivo como el paro técnico: jornadas en los que manda a los trabajadores a casa y detiene la producción pero a cambio debe sufragar el día al estar ya pactado el calendario laboral.
De alargarse los problemas hasta octubre, la compañía presidida por Luca de Meo tiene en su mano la figura de la jornada industrial: puede cerrar la planta –o algunas líneas– pero afectaría a las horas trabajadas por los empleados al todavía no estar fijado el calendario.
La última opción sobre la mesa es la de ejecutar un expediente de regulación temporal de empleo como el planteado por Volkswagen en Navarra. El hecho de no depender de un solo modelo, como sí hace la planta del norte de España con el VW Polo, hace que la automovilística de Martorell pueda trasladar personal si la afectación se concentra en modelos en concreto, como el Ibiza y el Arona, para evitar el ajuste.
El ERTE es el recorte a evitar después de cinco años sin tener que recurrir a ninguno. El último fue en 2013, por la caída de la demanda, y obligó a buena parte de la plantilla a parar entre 5 y 40 días según su posición.
Las cifras de Seat para 2018
No obstante, lo que sí es claro que por cada jornada que no se trabaje, Seat dejará de producir alrededor de 2.300 vehículos, aproximadamente uno cada 30 segundos en una planta que funciona al 95% de su capacidad. En las jornadas extraordinarias de julio ya se perdieron alrededor de 1.800 turismos: 720 León, y unos 550 Arona e Ibiza.
Antes de la falta de motores, Seat contaba con fabricar en la planta catalana más de 501.000 coches a lo largo de 2018. En el primer semestre, la firma había producido ya 283.312 automóviles, el 20,6% más que en el periodo comparable de 2017. Sin embargo, el cambio del Audi Q3 al Audi A1 ya iba a provocar que la segunda mitad del ejercicio fuera peor.
Ahora, queda por ver la afectación final y comprobar si será recuperable a lo largo del último trimestre del año.