La fábrica de cajas de cambios de Seat trabaja al 60% de sus capacidades por el declive de los coches manuales
El centro de El Prat prevé una bajada de los pedidos en los próximos meses, después que el grupo Volkswagen se haya decantado por la fabricación de vehículos automáticos
Seat Componentes, la fábrica de cajas de cambios de la automovilística catalana, se encuentra en un impasse. Mientras espera a que el grupo Volkswagen inicie la electrificación de sus plantas productivas para empezar a trabajar las piezas para coches eléctricos que ya tiene garantizadas, la planta ubicada en El Prat (Barcelona) opera a medio gas en pleno declive de los coches manuales, que cada vez representan un volumen inferior en los vehículos que el gigante alemán saca a las carreteras.
Según apuntan fuentes de la plantilla del centro catalán a Economía Digital, Volkswagen está impulsando la producción de coches automáticos, que no requieren de las tradicionales palancas para cambiar las marchas ensabladas en Cataluña. Por lo general, estos modelos son más rentables, algo que encaja con la estrategia del consorcio germano, que, desde el bajón de las ventas de coches durante la pandemia y el posterior crisis por la escasez de suministros, mira con lupa sus cuentas y ha apostado por impulsar la fabricación y las ventas de los modelos con mayores márgenes.
En este contexto, la previsión del centro es cerrar este 2023 con una producción de 425.000 cajas de cambios, según la programación trasladada a los sindicatos. A máxima potencia, Seat ha llegado a alcanzar las 740.000 piezas anuales, por lo que trabajará a un 57% de sus capacidades. La factoría de componentes lleva un par de ejercicios operando en volúmenes bajos, dado que elabora una tecnología destinada a desaparecer a medida que las marcas automovilísticas aumentan la producción de coches híbridos y eléctricos, de cambio automático.
Eso sí, aunque el volumen de trabajo a medio plazo en la fábrica es incierto, Seat Componentes ha notado un cierto impulso en los últimos meses. La planta de El Prat ha mejorado las previsiones realizadas a principios de años, después de la normalización de la actividad en las 11 plantas de producción de coches de todas las marcas del consorcio a las que suministra. En este sentido, en febrero la estimación era cerrar el año con 401.000 cajas ensambladas, un 5% menos que los cálculos actuales.
Sin embargo, de cara a los últimos cuatro meses del año, la demanda de pedidos podría volver a reducirse, por lo que los sindicatos ya están estudiando medidas para compensar la bajada del trabajo. Aunque queda descartada la aprobación de un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo, lo más probable es que el centro necesite parar algunas líneas de forma puntual. Para compensar a la plantilla, se podrá utilizar las bolsas de horas de los trabajadores o bien optar por enviar personal a la factoría de Martorell o a la de planta de estampación ubicada en el polígono de la Zona Franca de Barcelona, una medida contemplada en el convenio colectivo vigente.
El futuro, garantizado
Justamente en el convenio aprobado en 2022, ya se aprobó un plan de salidas voluntarias para las tres fábricas que afectaría a 1.330 empleados por la menor carga de trabajo que supone la producción de coches eléctricos. En este sentido, Seat Componentes tiene alrededor de 900 trabajadores, un dato que irá menguando con las prejubilaciones a medida que siga bajando la carga laboral.
Volkswagen es consciente que la planta de El Prat opera una tecnología sentenciada a quedar obsoleta, por lo que ya le ha asignado nuevos proyectos que garantizaran el empleo a largo plazo. El centro tiene adjudicada la producción de cinco componentes vinculados a los eléctricos urbanos del consorcio: el diferencial, la mangueta, el E-Box de la batería, el KMM –módulo de refrigeración de la batería– y el aluminio del motor.
La trasformación de Seat Componentes, no obstante, no llegará hasta 2026 y, mientras, iniciará planes de formación para que la plantilla se adapte a la elaboración de las piezas nuevas. En paralelo, la fábrica de Seat de Martorell, uno de sus principales clientes, p
ondrá en marcha su plataforma eléctrica para empezar a ensablar vehículos eléctricos en Cataluña. Por ahora, tiene garantizada la producción los recientemente presentados Cupra Raval y Volkswagen I2all, mientras sigue batallando para conseguir nuevos modelos.