Seat arrastra retrasos de meses en las entregas por la crisis de los microchips
La automovilística española admite que "tarda demasiado" en dar los coches a sus clientes. A partir de ahora el lanzamiento del Cupra Born
La escasez de microchips hace meses que lleva de cabeza a la industria de la automoción. Seat ya admite que la crisis será peor de lo esperado y le afectará hasta, al menos, el cierre del primer semestre de 2022. La compañía arrastra retrasos en la entrega de vehículos y ante el lanzamiento del flamante Cupra Born primará el modelo eléctrico para proteger la salida al mercado del primer cero emisiones de la empresa.
La escasez de microchips truncó la recuperación después del coronavirus y ya se nota a la hora de entregar los automóviles a los clientes. “Tardamos demasiado”, lamentó el consejero delegado de Seat, Wayne Griffiths, que no precisó tiempos de espera debido a que varían con el modelo. Las fuentes consultadas por Economía Digital señalan que la lista de espera puede ser de varios meses superior a lo habitual.
Para tratar de limitar el golpe a los resultados, Seat priorizará los vehículos de mayor margen como los eléctricos y los híbridos enchufables frente otras versiones más pequeñas. Sin embargo, en la organización ya asumen un «fuerte impacto» en las cuentas de la campaña 2021.
Además, Seat encara ahora el lanzamiento del Cupra Born, el primer eléctrico de la compañía. “Vamos a protegerlo”, dijo el directivo. Es decir: se dará prioridad a este coche frente a otros en caso de falta de semiconductores al estar en la rampa de salida. La decisión no afectará a la planta de Martorell porque el automóvil se produce en Zwickau (Alemania).
No solo por el beneficio por coche, también para evitar las multas de Bruselas. El año pasado, la empresa fue sancionada con más de 200 millones de euros por incumplir los objetivos de emisiones de CO2. Para esta campaña, la firma confía en alcanzar los límites establecidos por la Comisión Europea.
Seat cerró esta misma semana
Seat sufrió la falta de microchips de manera repetida desde principios de año. Con el incremento de la demanda de piezas y los brotes de coronavirus en algunos países productores, la situación se agudizó en la segunda mitad del ejercicio. De hecho, la automovilística tiene la planta de Martorell cerrada desde el lunes.
El centro abrirá el miércoles, pero tendrá que volver a bajar la persiana el viernes. Según explican desde la marca, la crisis de los semiconductores no permite planificar la producción ni a un mes vista por lo que se avanza con pies de plomo.
La marca pacta turnos extra con los sindicatos a sabiendas de que probablemente no puedan hacerse, pero deben estar preparados por si les llegan los chips. Si finalmente no cuentan con ellos, los desconvocan a última hora, como están haciendo esta misma semana.