Santander pierde 240 millones con sus negocios inmobiliarios en España

El banco ha reorganizado su negocio inmobiliario en los últimos años creando varias sociedades que de momento presentan números rojos

La presidenta del Santander, Ana Botín. EFE/Zipi

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Altamira Real Estate, RetailCo y LandCo, los principales negocios inmobiliarios del Santander en España, reportaron pérdidas de más de 240 millones en el último año. El primero, desde donde venden promociones residenciales, se lleva la peor parte con unos números rojos de 161 millones. Land Company, su promotora de suelo, pierde otros 78 millones y Retail Company, su negocio para alquilar las oficinas que ha ido cerrando la entidad durante los últimos años se deja otros 3 millones. 

Tan solo Uro properties, con la que gestiona los locales de las oficinas que siguen abiertas aporta un beneficio de 9 millones. El banco que dirige Ana Botín ha reorganizado su negocio inmobiliario en los últimos años, especialmente desde la pandemia. La crisis sanitaria aumentó el ahorro de las familias y al tiempo, se disparó la demanda de vivienda. Los expertos apuntan a que el confinamiento tuvo mucho que ver en esto, sobre todo, por la necesidad de las familias de mudarse a casas más grande. 

Así que el banco cántabro ha apostado de lleno por el mismo negocio que quiso olvidar tras el estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008. En concreto, desde 2020, el Santander ha realizado varios cambios societarios para dividir sus activos inmobiliarios en función de su utilidad. Aunque la mayoría de ellos todavía presentan números rojos. 

La última sociedad que echó a andar fue RetailCo, lo hizo en abril del año pasado coincidiendo con los más de 1.000 cierres de oficinas que ejecutó el Santander en el contexto del ERE que negoció en España para más de 3.500 empleados. Después de unos meses de constitución y valoración de activos, y tras formar el equipo en verano, empezó a funcionar en el último trimestre de 2021. 

La filial arrancó con 746 activos, principalmente oficinas, pero también edificios singulares del grupo, como la Escuela Corporativa Banesto en Cercedilla, un edificio de cuatro plantas en la plaza de Cascorro (Madrid) o la sede del Banco Popular en Sevilla. Es decir, no todos los inmuebles son oficinas en pie de calle.   

Según los últimos datos disponibles, el año pasado alquilaron 50 locales comerciales a actividades de restauración, alimentación, servicios o moda, como Calzedonia, Parfois, Popeyes, KFC, Flying Tiger, Deutsche Bank, Targobank, Sanitas, Santa Lucía o Asisa. Sin embargo, fuentes financieras explican que algunos de los inmuebles que se alquilaron en 2021 estaban en periodo de carencia de renta, así que no aportaron a la cuenta de resultado del grupo.  

Asimismo recuerdan que, durante los primeros años, las sociedades tienen que hacer frente a los gastos de constitución de la compañía, la contratación de personal… y también, a los propios gastos de los inmuebles, que son fijos, como el IVI o la manutención. Con todo RetailCo perdió 3 millones. 

Una situación muy similar a la que vive Landcompany, que nació en 2019 aunque primero fue ‘Landmark Iberia’ y un año después cambió de nombre. El banco traspasó a esta sociedad todo su suelo (valorado en más de 4.000 millones de euros) con el objetivo de construir y vender, o promocionar. En concreto, 13.000 activos procedentes del banco. Desde su constitución ha reportado pérdidas, el primer año de 35 millones y el segundo de 78 millones de euros.  

Actualmente tiene en marcha un proyecto urbanístico junto al Ayuntamiento de Sevilla para crear un nuevo barrio en la ciudad. Se estima que será necesaria una inversión cercana a los 1.100 millones de euros y el Banco Santander será la entidad financiera que afronte la mayor parte del desembolso a través de esta filial, según adelantó El Confidencial.   

La situación más compleja la presenta Altamira Santander Real Estate, que en 2020 perdió unos 220 millones y en 2021, otros 161 millones. El auditor de las cuentas advirtió el primer año de la pandemia que con esas cifras entraría en causa de disolución, aunque le dio margen para que restableciera su situación patrimonial. Aun no son públicas las del último ejercicio, pero desde la entidad adelantan que “Santander puede compensar esa pérdida”. 

Esta inmobiliaria, que cuenta principalmente con activos del Banco Popular, también agrupa parte de las inversiones de Santander en Metrovacesa o Landcompany, y es distinta a Altamira Asset Management, un servicer donde el banco cuenta con un 15% y la firma italiana doValue, el otro 85%. Esta filial le ha reportado un resultado neto de -2 millones.

Quien sí se salva de los números rojos es Uro Property, dueña de casi 700 oficinas del Santander en España. El banco solo poseía un 15%, pero en 2020 lanzó una opa para hacerse con el control total del mismo, por este motivo también ha perdido su condición de socimi. El holding le ha aportado al resultado 9 millones de euros

Más allá de estas sociedades, que son propiedad 100% del Santander, el banco también posee participaciones relevantes en empresas del sector como Metrovacesa (49,5%) donde comparte capital con BBVA y ahora tiene que decir si acude a la OPA de FFC; Merlin Properties (22,3%), la socimi más grande de la bolsa española, que cotiza incluso en el Ibex 35 o Aliseda, la gestora inmobiliaria que tiene junto a Blackstone y donde controla el 49%. 

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