Santander y BBVA invierten más de 10.000 millones en combustibles fósiles
Ana Botín y Carlos Torres defienden las energías limpias y renovables, mientras financian a las empresas que más emisiones de gases de efecto invernadero emiten
Santander y BBVA mantienen la idea de financiar la transición hacia la economía verde, aunque sus prácticas digan lo contrario. El año pasado invirtieron casi 11.500 millones de dólares, unos 10.400 millones de euros en empresas de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Se trata de las que más emisiones de gases de efecto invernadero emiten, y esta es una de las prácticas que se quiere combatir desde que en 2016 se firmara el Acuerdo de Paris.
Con solo tres días de diferencia, Ana Botín y Carlos Torres han repetido el mismo discurso: la guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto de manifiesto que Europa necesita una mayor independencia energética. Es el momento de apostar por una economía más sostenible, energías limpias y renovables, y detrás de esta transición quiere estar la banca.
La presidenta del Santander explicaba el pasado viernes durante la junta de accionistas que la política pública debe centrarse ahora en el crecimiento sostenible y el presidente de BBVA, destacaba este lunes en un encuentro que se debe acelerar la movilización hacia las energías renovables. Un proceso «que necesita mucha inversión». A nivel mundial se estima que serán necesarios 275 billones para la descarbonización, apuntaba.
Las palabras de los banqueros se contradicen con sus prácticas. Según datos extraídos del informe Banking on Climate Chaos 2022, el Santander destinó más de 7.000 millones en 2021 a financiar empresas contaminantes pese a que en su informe anual indica que combatir el cambio climático “es un objetivo clave” para el banco.
También explican que apoyan los objetivos del Acuerdo de París y tienen la ambición de alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2050. Pero desde 2016, cuando se firmó dicho acuerdo, y hasta ahora, el Santander ha invertido casi 40.000 millones de euros en combustibles fósiles, siendo 2020 el peor ejercicio con casi el 23% de esta financiación.
Desde la entidad explican que, en comparación con el total del balance crediticio, la exposición es solo del 2,1%. Insisten en que se están haciendo esfuerzos en acompañar a los clientes en el proceso de descarbonización, reduciendo su exposición a empresas contaminantes, pero la transición es gradual.
En Polonia, por ejemplo, uno de los mercados donde el Santander está presente, son muy dependientes del carbón y las empresas tienen mucha exposición a fuentes contaminantes, en torno al 60%. Lo que hace el banco es financiar, pero con condicionantes para que a medio y largo plazo se reduzca.
BBVA ha creado incluso un área sostenible para luchar contra el cambio climático y realizar la transición hacia una economía baja en carbono. El banco sabe que la eficiencia energética, las energías renovables, la movilidad eficiente o la economía circular suponen una fuente de nuevas oportunidades de negocio. Pero no por ello se ha caído de la lista de los 60 bancos que más apuestan por los combustibles fósiles a nivel mundial. BBVA aparece en el puesto 42, el Santander en el 32 y Caixabank en el 56, según Banking on Climate Chaos 2022.
El banco bilbaíno financió el año pasado más de 3.200 millones y desde 2016, cuando se comprometió con el Acuerdo París, casi 24.000 millones de euros. El 2021 fue el primer año que su inversión bajó de los 4.000 millones, pero tiene una explicación: la venta de su filial en Estados Unidos. Este país sigue es el que más financia a este tipo de empresas.
De los tres bancos españoles, Caixabank es el que presenta cifras más ‘modestas’, su inversión en empresas contaminantes fue de 500 millones el pasado ejercicio, y de 5.000 millones en los últimos cinco años. El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri también cuenta, claro está, con un Plan de Banca Socialmente Responsable con el que pretende impulsar la transición hacia una economía baja en carbono.
El propio informe Banking on Climate Chaos 2022 dice que 2021 fue “el año de la hipocresía” porque los bancos prometían «cero emisiones netas para 2050» y se felicitaban por avanzar en este objetivo mientras financiaban a las empresas que se dedican a la extracción de combustibles fósiles.
De los 60 bancos incluidos en el informe, 28 lideran la financiación de 20 empresas que se dedican principalmente a la extracción de petróleo y gas. En el pódium están QatarEnergy, Saudi Aramco, y ExxonMobil. Los bancos estadounidenses siguen siendo los que más dinero arriman a estas compañías, en concreto, JPMorgan Chase, Citi, Wells Fargo y Bank of America.