Sánchez iguala las fuerzas en la opa de Naturgy y se acerca a Fainé
Nadia Calviño se ha mostrado favorable a la oferta de IFM sobre Naturgy y tiene una gran sintonía con el presidente de La Caixa
La oferta de IFM sobre Naturgy es, tras el reparto de los fondos europeos, el gran proyecto empresarial sobre la mesa del Gobierno. Aunque parecía inclinarse en contra de la opa, Pedro Sánchez ha equilibrado fuerzas en el Ejecutivo entre defensores y detractores y con su último movimiento se ha acercado a La Caixa, primer accionista de la energética.
La entrada del fondo australiano como uno de los grandes accionistas de la compañía que preside Francisco Reynés con más del 22% pone a prueba el decreto anti-opas aprobado por el Gobierno en plena pandemia. Una norma que podría haber venido para quedarse; Sánchez está viendo su utilidad, pues le da la última palabra en la venta de empresas estratégicas.
Antes incluso de que IFM presentara formalmente la oferta ante el Ministerio de Industria, voces del Ejecutivo ya se habían pronunciado, si bien, como en prácticamente todo, el Consejo de Ministros está dividido. Esta vez no entre PSOE y Podemos, y no solo los ministros.
Iván Redondo, hombre de la máxima confianza de Sánchez, defiende rechazar la entrada de IFM, lo que daría a tres fondos de inversión extranjeros –GIP, CVC y el propio IFM– más del 60% de Naturgy. Por ello, y por su gran ascendencia sobre el presidente del Gobierno, se considera la posición de Redondo como la de Sánchez y, por tanto, parecía que el no podía sacar ventaja al sí.
Pero Félix Bolaños, secretario general de presidencia, que suele tener un perfil más discreto, se posicionó a favor de la oferta. Aun así, la posible oposición de Reyes Maroto, ministra de Industria, y de Podemos, que la hizo pública, contribuyó a terminar de crear la idea de que IFM no se iba a salir con la suya.
No obstante, este clima está cambiando. La inhibición de Maroto por posibles incompatibilidades forzó a Sánchez a encargar la defensa de la opa en el Consejo de Ministros a otra persona de su gabinete, y el sábado publicó en el BOE que esta será la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño.
El nombramiento de la también ministra de Economía supone por un lado situar como máxima responsable del asunto a la gran defensora de no oponerse a la opa. Calviño cree que podría generar inseguridad jurídica y ahuyentar a los inversores en un momento en el que las empresas españolas pueden necesitar oxígeno y en el que los fondos siguen teniendo mucho dinero.
Así, ahora mismo, además de la disputa entre Redondo y Bolaños en Moncloa, el Consejo de Ministros queda partido entre dos, con José Luis Ábalos y Pablo Iglesias –enemigos acérrimos en vivienda– como principales detractores y María Jesús Montero y la propia Calviño como defensores de la opa, según apuntan fuentes del Gobierno.
Calviño y Fainé ya pactaron la fusión de Caixabank y Bankia
Lo que también supone el ascenso de la vicepresidenta económica es un acercamiento del Gobierno a La Caixa, primer accionista de Naturgy. Y es que hay muy buena sintonía entre Calviño e Isidro Fainé, que pactaron los grandes términos de la fusión por absorción de Caixabank y Bankia.
En Criteria, el holding de participadas de la Fundación Bancaria La Caixa, no comentan el cambio en el liderazgo de la valoración de la opa en el Gobierno. Fuentes cercanas al directivo manresano aseguran que no tiene por qué cambiar nada: el grupo catalán esperará la decisión del Ejecutivo y luego, si aprueba la opa, estudiará si acude o no a la misma.
Fuentes del sector recuerdan que el estudio de la oferta sigue correspondiendo a Industria, que ya está en ello, y que lo único que ha cambiado es qué ministra eleva los informes al Consejo de Ministros y defiende la postura más coherente con los mismos, si bien esto no son dos más dos. Según el ministro, puede prevalecer el carácter estratégico de la compañía, para defender el no a la opa, o el derecho a la entrada y salida de inversores.
La decisión final, además, no corresponde solo a Calviño sino al Consejo de Ministros, es decir, a Pedro Sánchez. Por ello, hay que esperar y ver qué termina poniendo en la balanza el presidente del Gobierno y hacia donde se inclina. La Caixa, insisten las fuentes consultadas, no tiene voluntad de influir sino que su posición es la de wait and see.
IFM, convencido de que el Gobierno no agotará los plazos
Por lo que respecta a IFM, su posición tampoco ha cambiado. Fuentes cercanas al fondo insisten en que su propuesta es totalmente amistosa y no pretende cambiar el rumbo de la compañía; al contrario, apuestan por la continuidad de Reynés y su equipo y se sentirían cómodos compartiendo accionariado con Criteria.
La confianza el fondo australiano en sus posibilidades es tan grande que no prevé que se agoten los seis meses que por ley puede tardar el Gobierno para responder a la oferta desde su presentación. En cualquier caso, el proceso tampoco se prevé rápido y, quiera o no IFM, ya está politizado.