Sacyr saca petróleo de su salida de Repsol: 73 millones más en caja y 650 menos de deuda
La constructora presidida por Manuel Manrique vuelve a beneficios y supera las previsiones del plan estratégico en ingresos y ebitda
Sacyr estaba hace un año vendiendo las últimas acciones de Repsol, de la cual llegó a ser primer accionista durante varios años, para pasar página de los duros años de la pandemia, en los que la energética presentó pérdidas e impactaron en los resultados de la constructora. Aparentemente, le ha salido bien la jugada, si bien ahora que Repsol vuelve a los buenos resultados, Sacyr no podrá disfrutar de los mismos.
Las cuentas de 2022 de la constructora que preside Manuel Manrique reflejan un balance positivo de 73 millones de euros por salir del accionariado de la petrolera, operación que se concretó en el primer semestre de año, con un resultado de 58 millones más de caja. Pero en diciembre, Sacyr amortizó 6,8 millones de opciones que mantenía, aprovechando el buen momento en bolsa y, de paso, para cerrar el año limpia de acciones de Repsol, lo que supuso la entrada de 15 millones más en caja.
Además, la venta ha permitido a la compañía reducir en 650 millones su deuda asociada a su inversión en la energética. “Esta operación supone el cumplimiento de uno de los objetivos del Plan Estratégico 2021-2025 de Sacyr, mejorando la visibilidad del balance, la previsibilidad de la cuenta de resultados y el foco de la compañía como desarrollador y operador líder del sector concesional”, dice en sus cuentas anuales.
A inicios de 2022, Sacyr era propietaria del 3,1% de las acciones de Repsol, tras vender cerca de un 5% el año anterior, cuando tenía un 8% y era su primer accionista destacado después de la salida de Caixabank. Esa posición le jugó malas pasadas durante la pandemia. En 2021, pese a que entraron 64 millones por dividendos de la petrolera, sus pérdidas tuvieron un impacto negativo de 93 millones en la cuenta de resultados de la constructora, que perdió 189 millones.
En 2020, el impacto negativo de las pérdidas de Repsol en Sacyr aun fue mayor, de 337 millones. Es por estos números rojos por lo que la constructora participada por Demetrio Carceller (Disa y Damm) y el grupo Fuertes destaca ahora que la salida de la petrolera le permite “mejorar la visibilidad del balance y la previsibilidad de la cuenta de resultados”, que ahora ya solo depende de su negocio, con la apuesta por las concesiones.
Sin embargo, renuncia a unos dividendos que si bien han pasado unos años malos, antes de la pandemia fueron un buen aliciente para Sacyr. Ahora, además, están en línea ascendente: con el incremento del 11%, hasta los 0,7 euros por acción de Repsol, la constructora recibiría unos 29 millones de euros si mantuviera el 3,1% de un año atrás, mientras que ascenderían a 74 millones de no haber decidido salir cuando tenían el 8%.
Sacyr vuelve a beneficios
En todo caso, ahora Sacyr se defiende con sus propias armas. El pasado año el resultado fue positivo. Dejó atrás las pérdidas y ganó 111 millones de euros, gracias a que disparó un 25% los ingresos, hasta los 5.852 millones, y un 63% el ebitda, hasta los 1.502 millones. De hecho, estas magnitudes ya están en niveles previstos para 2025 en el plan estratégico. Solo queda pendiente la deuda, aunque la ha reducido en 135 millones y prevé llegar al objetivo este año.
Las concesiones en infraestructuras se destacan aun más como la primera fuente de ingresos de Sacyr, con 1.172 millones, un 61% más. La construcción creció un 20%, hasta los 607 millones, mientras que el agua incrementó su facturación un 21%, hasta los 193 millones de euros.
Por mercados, hasta cuatro países superan a España en volumen de negocio: Italia, con 706 millones, Colombia (494), Chile (487) y Uruguay (435). Latinoamérica es el gran mercado de Sacyr, pues también tiene volúmenes importantes en Paraguay (131) y México (75) y está presente en Perú y Brasil. En España facturó 308 millones.