Sabadell capitaliza su ruptura con BBVA: dispara su negocio, sin miedo a la morosidad
Si se cumplen sus previsiones, el margen de intereses acumulará en 2023 un repunte de alrededor del 30% desde que emprendió el camino en solitario
Dos años después de romper las negociaciones con BBVA para una posible fusión, Sabadell reafirma con sus cifras la decisión de emprender un camino en solitario. 2022 ha sido un año de récords para la entidad con el segundo mejor resultado de su historia, únicamente por debajo de los 900 millones de 2006. En 2022, el beneficio subió un 62% hasta lograr 859 millones de euros. Suma y sigue porque con las previsiones que maneja la entidad todo indica que este camino continuará, por lo menos, el ejercicio que viene.
Sabadell prevé un crecimiento del margen de intereses de entre el 15% y el 20% para este ejercicio, una ligera reducción de los ingresos por comisiones, y no augura grandes problemas de morosidad.
Los vientos de cola de la subida de tipos de interés todavía no se han reflejado del todo en sus cuentas. Por lo que con las previsiones que maneja la entidad y teniendo en cuenta que en 2022 obtuvo un margen de intereses de 3.799 millones de euros, esta línea de las cuentas repuntaría hasta situarse en una horquilla de entre los 4.368 y los 4.558 millones de euros en 2023 en función de la horquilla de entre el 15% y el 20%.
De esta forma, la subida de tipos ha cogido a Sabadell preparado para aprovechar los vientos de cola después de que a finales de 2020 la entidad atajara las conversaciones con BBVA. Atrás quedan los datos de ese ejercicio cuando ganó 2 millones de euros, un 99,7% menos por las provisiones realizadas y tomó el timón de su nueva hoja de ruta en solitario.
En el camino, un cambio en la dirección del banco, un ERE y una reducción de oficinas; todo sumado a un giro en la política monetaria con la vuelta a la normalización de tipos, pero también una inflación galopante junto con la incertidumbre macroeconómica derivada de la guerra de Ucrania.
En 2020, el margen de intereses se situaba en los 3.399 millones de euros. Así, con las cifras que planea para el año que viene y desde la cifra de 2020, el repunte esta línea de los resultados se situaría en el entorno del 30%. Eso sí, en 2023 su cuenta de resultados también se verá golpeada por el impuesto a la banca que ha puesto en marcha el Gobierno y que para el ejercicio que ahora cierra ha estimado en 170 millones de euros.
“Esperamos un crecimiento de entre el 15% y el 20% para el año que viene, sobre todo por la repreciación del libro del crédito”, ha apuntado Leopoldo Alvear, director financiero de Sabadell en la rueda de prensa de presentación de resultados. Alvear ha explicado que los bancos han comenzado a notar la subida de tipos en sus cuentas este ejercicio a partir de julio y no antes, por el decalaje que existe entre la política monetaria del Banco Central Europeo y su reflejo en los distintos préstamos, como ocurre en el caso de las hipotecas.
«No están incrementando las entradas en mora respecto a 2022»
César González-Bueno, CEO de Sabadell
El margen de intereses resulta indicador clave para tomar el pulso del negocio bancario más tradicional el de tomar dinero prestado más barato y prestarlo más caro. Una situación que se había dado la vuelta desde que los tipos entraran en negativo y se creara una situación “anormal” en la economía donde se había llegado al extremo de tener que pagar por tener dinero depositado, no en los particulares pero sí en las empresas y clientes institucionales.
La morosidad que no llega
“Llegamos al verano con una sensación de que vendría un septiembre catastrófico, pero no llegó”, ha señalado el consejero delegado César González-Bueno al explicar las perspectivas de la entidad sobre el futuro de la morosidad y el desempeño bancario.
«No están incrementando las entradas en mora respecto a 2022. No lo estamos viendo todavía», ha añadido González-Bueno, que ha también ha destacado la «mayor resilencia» de la esperada que está mostrando la economía española.
González-Bueno ha explicado que están continuamente monitorizando cómo se comportarán tanto particulares como empresas en sus futuros pagos, llevando las cifras a escenarios más negativos para tratar de anticipar el comportamiento que pueden tener con el objetivo de poder prepararse para negociaciones.
Si en la pandemia era el sector turísticos el que más preocupaba a los bancos, ahora González-Bueno ha explicado que vigilan de cerca aquellas empresas que notarán más la subida de los costes energéticos, pero que no podrán repercutirlos a los clientes. Con todo este escenario han aumentado sus previsiones del coste del crédito desde 60 a 65 puntos básicos.
Por ahora, están recibiendo “pocas” solicitudes para acogerse al Código de Buenas Prácticas que permite flexibilizar el pago de hipotecas para los hogares más vulnerables.
En el terreno de los costes, sí que el banco asume que estos subirán en el entorno del 4%, unos 3.000 millones de euros, en parte por la subida salarial pactada con la patronal para mitigar el efecto de la inflación en los trabajadores y adecuar el poder adquisitivo a la nueva situación.