Rosell por fin se distancia de Díaz Ferrán
La CEOE pone en marcha nuevos mecanismos para atajar futuros casos de irresponsabilidad empresarial
El presidente de la gran patronal española, CEOE, se ha distanciado de su antecesor. Juan Rosell ha tardado una semana en hacer pública su postura sobre las acusaciones e investigaciones a Gerardo Díaz Ferrán, encarcelado con una de las mayores fianzas de la historia penal del país (30 millones), por simular su insolvencia mientras adeudaba 1.000 millones a miles de proveedores de Grupo Marsans, según la investigación preliminar. Sobre la vía judicial, Rosell solicita una rápida resolución para que los hechos queden esclarecidos cuanto antes. En una escueta nota, la confederación anuncia nuevos mecanismos de control para atajar futuros casos de irresponsabilidad empresarial en el seno de sus órganos de gobierno.
Rosell introduce una suerte de moción de censura para forzar la dimisión del presidente y otros altos representantes en el caso de que se vean salpicados por conductas dudosas o contra “los principios éticos” que rigen la gestión diaria de las empresas. Sin embargo, la CEOE recuerda que la actuación de Díaz Ferrán como presidente fue controlada por los órganos de gobierno. «Los últimos hechos conocidos son independientes y ajenos a la gestión interna de la CEOE durante su mandato». De este modo, da respuesta a las dudas sobre la instrumentalización de la patronal en favor del empresario turístico encarcelado.
Esfuerzo y trabajo
La patronal remarca que casos como el Díaz Ferrán son la excepción. “Queremos poner en valor, en la actual situación de crisis, el trabajo y esfuerzo de la inmensa mayoría de empresarios que, ante las dificultades, siguen apoyando sus empresas y avalando con su patrimonio personal la financiación necesaria para no cerrarlas y así salvar los puestos de trabajo”. Díaz Ferrán logró que varios proveedores continuaran prestando servicio a Marsans ofreciendo pagarés para saldar deudas y futuros servicios avalados con propiedades personales. Las referencias se distribuyeron mientras presidió la CEOE por lo que los círculos empresariales temen que el empresario usara la reputación de la patronal en beneficio propio.