Robles aprueba a un mes de elecciones la estrategia de Defensa, que impulsa el plan de Indra y sus accionistas
El BOE publica la estrategia del Gobierno para impulsar una industria nacional militar, que favorece la hoja de ruta y negocio de Indra, pero también Escribano y SAPA
La actividad del Gobierno a escasos meses de las elecciones está siendo frenética, o al menos así lo está recogiendo el BOE, que certifica la intención de varios ministerios de no dejar nada al albur del próximo gobierno en caso que se confirmen las encuestas y realmente termine el PSOE perdiendo La Moncloa. Y algunas de ellas afecta a empresas cotizadas como Indra.
Uno de estos movimientos pertenece al Ministerio de Defensa, dirigido por Margarita Robles, cuya Estrategia Industrial de Defensa acaba de entrar en vigor tras su publicación este miércoles en el Boletín Oficial del Ministerio de Defensa. Su principal objetivo: priorizar una industria nacional de Defensa que crezca al calor del incremento de inversión militar comprometida con la OTAN. Un plan que allana el camino para Indra, cuyos accionistas, el Estado principalmente, quieren transformar la tecnológica del IBEX en el gran fabricante nacional de la industria militar.
Este giro respecto a la promoción de la industria armamentística española choca con el hecho de que se aprueba en el BOE a menos de 50 días de las elecciones generales del 23 de julio, convocadas anticipadamente por el presidente Sánchez la semana pasada. Y todo ello, con un presupuesto no menor, desbloqueando proyectos armamentísticos de más de 15.000 millones de euros, y que deben ver la luz orgánicamente antes de los comicios del mes que viene.
Indra, clave en la industria militar española
La Estrategia Industrial de Defensa favorece la hoja de ruta de Indra pero también de sus accionistas industriales, Escribano y Sapa que, al calor de las contratas de Defensa, están creciendo como fabricantes de referencia en la industria armamentística española. Precisamente, en los últimos años, estas dos empresas han irrumpido con fuerza en la industria nacional, con importantes paquetes de Defensa y la entrada en el accionariado de Indra. Escribano tiene un 3% y quiere alcanzar un 10%, mientras que la firma vasca Sapa posee actualmente el 5%.
El objeto de Indra ha sido precisamente el motivo de una colosal crisis de gobernanza que acarrea desde hace varios años. La intención del actual Ejecutivo, propietario del 26% de Indra a través de la SEPI, es convertir la empresa en un campeón nacional de defensa, es decir, en la empresa de referencia de la industria armamentística española como tienen Francia e Italia. Esta idea chocaba con la intención de otros accionistas que consideraban que la Ibex, participada en un 75% por capital privado, debía dedicarse a lo que diera más dinero. Algunos episodios como el plan de compra de ITP Aero o la estrategia para dividir la compañía en dos forzó la salida del entonces presidente Fernando Abril Martorell, sustituido por Marc Murtra, y hace pocas semanas la salida de su CEO, Ignacio Mataix, y varios consejeros.
En estos últimos años han aparecido como accionistas Escribano, una empresa sin participación en la industria militar hasta la llegada de este Gobierno, y la tecnológica SAPA, vinculada al PNV, que entró en Indra gracias a una operación con Deutsche Bank, que cedía totalmente sus derechos de voto. Tanto Escribano como Sapa fueron incluidas por indicación del Gobierno en un megaconsorcio militar, Tess Defense (junto a Santa Bárbara e Indra), que ha obtenido contratos por 2.000 millones por un blindado y espera otros tanto con un contrato de tanques. Fuentes del sector indican que estas empresas, pequeñas hasta hace pocos han sido las ‘elegidas’ por el Ejecutivo para representar el crecimiento de la industria militar en España, y a la vez promover su entrada en Indra para facilitar mayorías a la SEPI (Estado) sin necesidad de tener que adquirir más participaciones (lo que obligaría a una OPA).
Escribano y SAPA son socios industriales que sirven de aliado al Ejecutivo en esta hoja de ruta para Indra, ante las intenciones que puedan tener otros propietarios como Fidelity o Melqart, además del 48% que se mueve en Bolsa. También está como aliado Amber Capital, de Joseph Oughourlian, propietario de Prisa (El País).
Una industria para favorecer las empresas españolas
La Estrategia Industrial de Defensa, cuyas directrices generales aparecen en el BOE de este 7 de junio, busca «priorizar el fortalecimiento de una industria de defensa nacional y el desarrollo de una base industrial tecnológica europea». Uno de los objetos de la EID es precisamente «aumentar el nivel de autonomía estratégica en materia de industria de defensa que permita reducir la dependencia de terceros».
La Estrategia se fundamenta en la potenciación de tres corredores industriales concretos: Cádiz-Sevilla, Cornisa Cantábrica y Madrid-Albacete-Murcia, como analiza el medio especializado Infodefensa. Sapa se encuentra en el segundo corredor, pero es el tercero el que recoge el grueso de la industria española y que se verá beneficiado con la nueva apuesta por la industria nacional: es el caso de Indra y Escribano, pero también de ITP Aero, Navantia (pública), Hispasat (pública) o Telefónica.