Ribera defenderá ante Sánchez el ‘sí’ a la opa sobre Naturgy con el apoyo de Industria
El informe técnico defenderá que la oferta de IFM no pone en riesgo activos estratégicos pero parte del Gobierno sigue en contra
El no del Gobierno a la oferta de IFM sobre el 22,7% de Naturgy que predominaba desde el anuncio mismo de la opa se complica. La posibilidad de que finalmente prospere la operación gana enteros y, de hecho, los tres ministerios de peso en el asunto se inclinan por el sí.
Es conocido que Nadia Calviño, la ministra a la que Pedro Sánchez encargó defender la postura técnica ante el Consejo de Ministros, es favorable a la operación. Pero en los últimos días ha sumado dos aliados de peso: el Ministerio de Industria y la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, encargada de Energía, que se ha propuesto convencer a Sánchez de que permita la operación. No le faltarán opositores.
Según ha podido saber Economía Digital, Industria está terminando el informe técnico de la opa. Pese a que tiene seis meses para llevarlo al Consejo de Ministros, que a la postre será el que decidirá, está siendo sencillo y puede terminarlo en cuatro semanas.
Este documento, de carácter técnico, avalará la postura defendida públicamente por el fondo australiano: que no se trata de una inversión cortoplacista sino que tiene voluntad de permanencia. Este hecho, que apuesta por la continuidad tanto de la cúpula como de la línea estratégica de Naturgy y que no controlará la mayoría de la compañía hacen pensar a Industria que no pone en riesgo activos estratégicos para el país.
La encargada por Sánchez de defender el informe ante los ministros es Calviño. Sin embargo, cuentan fuentes del Gobierno que es actualmente Teresa Ribera la que se está intentando que Sánchez cambie de parecer y, contra el criterio de su hombre de confianza, Iván Redondo, dé el visto bueno a IFM.
Ribera, además de apoyar los criterios técnicos que se verán reflejados en el informe de Industria, coincide con Calviño en que un rechazo a la opa mandaría un mensaje nefasto a los inversores internacionales en un momento en el que los fondos siguen teniendo mucho dinero y las empresas españolas lo necesitan. Muchos inversores miran con lupa al Ejecutivo de Sánchez por la presencia de Unidas Podemos en la coalición.
Yolanda Díaz toma el relevo de Pablo Iglesias en el ‘no’ a la opa
Justamente la formación morada se opone a la opa y la salida de Pablo Iglesias del Consejo de Ministros no cambiará esa posición. Es más, Yolanda Díaz, la mujer fuerte del partido en el Gobierno, defenderá también que el fondo australiano no pueda comprar el 22,7% de una de las mayores energéticas del país. Dos fondos de inversión controlan ya más del 41% de Naturgy, mientras que La Caixa es el primer accionista con el 24,8%.
Pero los diputados de Podemos no estarán solos en el no a IFM. José Luis Ábalos, que se ha manifestado públicamente en más de una ocasión, también defiende la negativa. Aunque la voz más influyente no está en el Consejo de Ministros sino en Moncloa, muy cerca de Sánchez: Iván Redondo ha sido desde el inicio el gran defensor de la negativa y lo sigue siendo.
La batalla, por tanto, está más servida que nunca. Si alguien pensaba que el informe y la posición de las ministras económicas viraría hacia la corriente que parecía mayoritaria, la del no, se equivocaba. Con Industria, la ministra del ramo y la que tiene que dar la cara en Bruselas a favor, esta posición supera ahora mismo al veto.
Los cálculos de Sánchez, no obstante, no están terminados. En términos económicos y de inversión, la decisión a tomar parece clara. Pero en lo que a lo político se refiere, la cosa no está tan clara. Podría optar por hacer caso a Redondo y de paso mantener la paz en este tema con el partido morado, pero también podría abrir una guerra más pensando en un hipotética adelanto electoral, en el que podría exhibir un sí a IFM como un acto de responsabilidad para con las empresas.
IFM, Fainé y Reynés, pendientes del Gobierno
IFM se ha mostrado convencido, desde el inicio, de que la opa por una parte de Naturgy triunfará. Su historial como inversor a largo plazo y sus esfuerzos por huir del estigma de oportunista que tienen a menudo los fondos de capital riesgo habrían surgido su efecto.
Tiene el apoyo, además, de dos accionistas de la compañía, GIP y CVC, que con más del 40% de las acciones no aprovecharán la ocasión de vender sino que seguirán, lo que da seguridad con respecto a que el rumbo marcado por Francisco Reynés no va a cambiar.
Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria La Caixa y Criteria, también está pendiente de la decisión de Sánchez. El grupo catalán es el primer accionista de Naturgy y, si no vende, lo seguirá siendo. Pero la oferta es buena y vender una parte de sus acciones le daría margen para invertir y para nutrir su obra social.
La Caixa no ha tomado una decisión y no tiene prisa, consciente de que antes deben hablar el Gobierno y la CNMV y que, si como parecía inicialmente, el Consejo de Ministros veta la opa, ni siquiera tendrá que pronunciarse. Quizá Fainé deba ya empezar a pensar qué hacer con su 24,8%.
Otro de los protagonistas, si bien pasivo, es Francisco Reynés. Y no solo porque vaya a tener un jefe nuevo en el consejo de administración. A principio de año, el presidente de Naturgy aplazó por segunda vez la presentación del nuevo plan estratégico, que no verá la luz hasta que se resuelvan las incertidumbres con respecto a la composición del accionariado.