El golpe sobre la mesa de Reynés en Naturgy: de perder el mando a someter a los fondos, en tres actos
El presidente de Naturgy fue al consejo del martes a terminar con la rebelión y logró una victoria inapelable, con apoyo a sus planes y poniendo en valor su gestión
Si hace una semana, la figura de Francisco Reynés como primer ejecutivo de Naturgy parecía estar en duda, hoy ya no solo no lo está sino que sale de la crisis más reforzado. Su inapelable victoria en el consejo de administración de este martes así lo atestigua. Lo que pasó para que lo lograra es que el presidente de la energética dio un golpe sobre la mesa y consiguió que todos los accionistas, incluidos los fondos, firmaran un comunicado alabando su gestión, dándole su confianza y comprándole sus planes para la compañía.
El consejo se celebró el martes por la tarde durante más de cuatro horas y, al terminar pasadas las 8 de la tarde, la compañía decidió dejar para el miércoles a primera hora la comunicación al mercado de las conclusiones de la reunión. Las mismas no podían ser más claras: explicaba que se iba a revisar al alza el plan estratégico al haber superado las expectativas y que la compañía trataría de recuperar el proyecto Géminis. Nada ya de buscar a un CEO.
Como puntilla, se añadían dos párrafos al final para alabar la gestión del equipo directivo que lidera Reynés, con una referencia incluida a los rumores de la última semana: “Ante las diversas informaciones aparecidas durante los últimos días, todos los representantes de los accionistas han querido ratificar su firme compromiso con el proyecto industrial de la compañía y su total confianza en el equipo directivo”.
¿Qué pasó para que unos fondos de inversión, especialmente GIP y CVC, que tienen el 20% de las acciones cada uno, pasaran de querer apartar a Reynés de buena parte de sus funciones a brindarle tal apoyo? El relato puede dividirse en tres actos que suceden en poco más de 24 horas, de acuerdo con lo explicado a Economía Digital por varias fuentes próximas a la compañía y sus accionistas.
Primer acto: Fainé mueve ficha
El primero es el comunicado de La Caixa, difundido el lunes a última hora de la mañana. Como contó este medio, si Isidro Fainé mueve ficha, es que algo sucede, algo le está molestando. Y en este caso, no solo a él sino también a Reynés, uno de sus hijos pródigos: le tuvo de número dos en los inicios de Criteria, luego de primer ejecutivo en Abertis, creó la exitosa Cellnex con Tobías Martínez y finalmente le eligió para sucederle en la presidencia de lo que entonces era todavía Gas Natural.
Ambos se hartaron de las informaciones que fueron apareciendo la semana pasada sobre la pérdida de poder del presidente, al que algunas filtraciones, que se imputan a los fondos, llegaron a dejar como un cargo institucional. Una cosa era aceptar la entrada de un número dos, llámese consejero delegado o de otra manera, pues está en las recomendaciones de buen gobierno, y que se repartieran el poder, y otra es que Reynés pasara a ser presidente florero. Por ahí no iban a pasar.
El jefe de La Caixa quería responder, además, a los rumores de que Criteria también apostaba por pasar página de Reynés y de que él mismo habría llamado a Ignacio Gutiérrez-Orranti a espaldas de Reynés. Fainé siempre estuvo con el directivo mallorquín y así lo quiso evidenciar con un comunicado corto pero claro a favor de Reynés y sus planes para Naturgy.
Ese fue el espaldarazo que necesitaba el presidente de la energética para crecerse. Reynés estaba muy incómodo, pero no con Fainé sino con las filtraciones de que Gutiérrez-Orrantia, con quien tenía una muy buena relación –también Fainé– venía casi a quitarle el puesto, así como con las que decían que ni en las torres negras de la Diagonal le apoyaban. GIP, CVC e IFM podían seguir maniobrando, pero él tenía el apoyo explícito y público de su primer accionista.
Segundo acto: el ‘no’ de Gutiérrez-Orrantia
El segundo acto, con una más que probable relación con el primero, es la renuncia de Gutiérrez-Orrantia a ser consejero delegado de Naturgy, algo muy inusual a este nivel y cuando está tan avanzado, aunque quizá eso se quiso hacer creer y se filtró el nombre antes de tiempo. La renuncia se anunció, Bloomberg mediante, el martes por la mañana, pero la decisión la toma el lunes por la tarde, después del comunicado de La Caixa. El vínculo podría ser meramente temporal, pero alguna fuente apunta que también sería causal.
El directivo de Citi ha trabajado en muchas ocasiones con Reynés y Fainé. Por ejemplo, en la opa de IFM para entrar en Naturgy, y, anteriormente, quizá la más importante es en la opa de Atlantia y Hochtief sobre Abertis. Fichar por la energética era una opción atractiva para él, pero si venía a trabajar con Reynés, no contra él. El mal ambiente que se había generado, que obligó a Fainé a intervenir, habría decantado la balanza en contra de aceptar la propuesta de Naturgy y el mismo lunes por la tarde comunicó a su jefe y su equipo que se quedaba, y cambió su foto de WhatsApp como el que corta con un ex.
La marcha atrás de Gutiérrez-Orrantia dejó a los fondos debilitados por la clara toma de partido de Criteria y, encima, sin candidato. Llegaban al consejo con las manos vacías, mientras que Reynés lo hacía reforzado por Fainé y sabiendo que GIP, CVC e IFM no tenían un plan B a su poder total. Buscar un CEO desde cero a las puertas de las vacaciones era inviable, se iba a demorar al menos dos meses y no podían dejar la compañía ante tal incertidumbre, pero es que además, los resultados que va a presentar no lo justifican porque son buenos.
Tercer acto: consejo al ataque
Con esos ases, Reynés asestó el golpe a los rebeldes en el tercer acto, el consejo mismo. Sus armas no fueron otras que sus logros, y con cifras. Naturgy ya se comprometió en 2021 a revisar este 2023 su plan estratégico para 2025, así que ahora era el momento perfecto, porque además, se han superado expectativas y la revisión será al alza, con mejora del dividendo incluída, para que los accionistas no se vayan de vacío.
Los cuadros que mostró el presidente al consejo, y que exhibió luego ante el mercado, son elocuentes: a cierre de 2022 se había superado el objetivo en cuanto a ebitda, inversiones, reducción de la deuda y plan de eficiencias, por lo que para 2025 se mejorarán las perspectivas, además del dividendo suelo.
Ese era el mensaje que quería dar Reynés a los fondos: más allá del ruido, de si es necesario un CEO o no, la compañía trabaja y funciona. El 24 de julio, después de las elecciones generales, presentará los resultados del primer semestre y la revisión detallada del plan estratégico. También creen que funciona los inversores, pues tras días cayendo en bolsa, coincidiendo con los rumores de cambios, este miércoles, tras el comunicado, rebotó un 2,5%.
Reynés consiguió además recuperar el proyecto Géminis, de escisión entre el negocio regulado y el libre, que había sido denostado por los fondos porque no se pudo llevar a cabo por el estallido de la guerra de Ucrania y la oposición del Gobierno de Pedro Sánchez. No es que no gustara a los fonods, es que no salió y no les sirvió para vender sus acciones e irse con unas plusvalías importantes. El presidente de Naturgy quiere volver a intentarlo con el Ejecutivo que salga de las urnas el 23 de julio.
GIP, CVC e IFM, sin plan B, se lo tuvieron que comprar todo. Ahora tiene unos meses tranquilos para trabajar sin ruido, pero con unos objetivos. Si no los logra, o vuelve a encallar la escisión y no consigue dar salida a los fondos que quieren desinvertir, puede darse por seguro que volverán a la carga. Reynés tiene, a su favor, la reelección hasta 2027 y un plan estratégico hasta 2025.