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Repsol cerró un 2017 de recuperación del precio del petróleo con una notable mejora de resultados, superando las previsiones de los analistas. El grupo que preside Antoni Brufau ganó 2.121 millones de euros, el 22% más, gracias a que el beneficio de la actividad más ligada al precio del crudo se multiplicó por 12 respecto a 2016.

Según los resultados enviados a la CNMV, la petrolera obtuvo un beneficio de 632 millones en la actividad upstream, la que corresponde a operaciones de producción de crudo y gas natural. Es decir, 12 veces más que el año anterior, gracias a las subidas de precios, a la reanudación de la producción en Libia y al descenso de los costes operativos.

El negocio downstream –refino, petroquímica, transporte de crudo, gas y otros productos y comercialización– arrojó un beneficio de 1.877 millones, el 0,3% menos que en 2016, mientras que el resto de negocio, básicamente el corporativo, sufrió unas pérdidas de 104 millones, por 13 del año anterior.

Repsol redujo el 23% su deuda, que ya es menor que su ebitda

Con esta evolución del negocio, el ebitda de Repsol subió el 28,6%, hasta los 6.723 millones, mientras que el resultado neto ajustado subió el 25,1%, hasta los 2.405 millones de euros. El esperado por los analistas se situaba alrededor de los 2.260 millones. La compañía subrayó que se trata de los mejores resultados en seis años.

Pese a que la compañía que dirige Josu Jon Imaz no tiene problemas de deuda, rebajó su apalancamiento el 23% en 2017, hasta los 6.267 millones. De esta manera, lo dejó por debajo del ebitda, pasando de una ratio de 1,62 veces el ebitda a 0,95. Y eso que no contabiliza la venta del 20% de Gas Natural por unos 3.800 millones, una parte de la cual –la que no se invierta– puede destinarse a reducir deuda.

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