Repsol engorda el negocio comercial para maximizar su venta

La petrolera española mantiene viva la venta de su negocio comercial, y aunque ahora es un momento complicado, su cartera sigue creciendo

Repsol

Consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz. EFE/Javier Lizón

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La tensión energética que se vive a nivel mundial ha forzado a algunas empresas a poner en cautela diversos procesos corporativos, sobre todo relacionados con la compraventa de activos. Así, Repsol mantiene congelados sus respectivos planes con las divisiones de renovables y comercial. En esta segunda, lo bueno para la petrolera es que sigue creciendo el negocio y, por lo tanto, aumentando su valor.

Todo esto surge después de que hace unos meses se parase el proceso de venta de la filial comercial de Repsol, aunque la compañía dirigida por Josu Jon Imaz nunca ha manifestado de manera formal que esto se vaya a producir, tampoco lo ha negado de forma pública.

Se trata de un segmento que engloba la mayoría del negocio ‘downstream’ de la petrolera. Estaciones de servicio, venta de luz y gas, y productos derivados, entre ellos el butano y propano. El valor de esta división se aproxima a los 10.000 M€, y la parte que se quiere vender ronda el 25%. La propia hoja de ruta del proceso de venta que la compañía presidida por Antonio Brufau llegaba hasta 2022. Por lo tanto, se trata de una puerta que sigue abierta.

Un ejemplo de la buena salud que vive este negocio es que en el ejercicio 2021 continuó la senda del crecimiento tras salir de la crisis provocada por el coronavirus, y elevó los ingresos a 1.266 millones de euros, 100 M€ más que el año anterior. Y eso que lo hace en un escenario muy complicado donde cada vez hay más competencia en todos los segmentos. Tanto los tradicionales relacionados con los carburantes, como sus nuevos nichos de gas y electricidad residencial.

Repsol acelera la estrategia

Pese a la coyuntura energética, que a priori invita a ser precavido, Repsol ha decidido pasar a la acción. En plena crisis por el precio de la gasolina fue la primera petrolera en moverse con rebajas de precios aplicadas a los socios de su tarjeta de filiación. Y no solo eso, cuando el Gobierno ha pedido apoyo con la rebaja de carburantes, la compañía ha querido sumarse. El objetivo es no perder clientes y, de este modo, seguir engordando esta división pese al actual momento de crisis.

Lo mismo sucede con otros productos articulados dentro de su negocio de GLP, que es donde se encuentra el gas butano. En este caso también está haciendo importantes ofertas durante estos días para mantener la confianza de los usuarios, sobre todo en estos momentos que son complicados para las economías domésticas.

Otras de las acciones en las que Repsol está poniendo mucho énfasis tiene que ver con las emisiones de CO2. En concreto, la energética puso hace unos meses a disposición de sus clientes GLP un nuevo servicio voluntario que impulsa la compensación de emisiones de CO2 derivadas de ejercer su actividad normal. Gracias a este proyecto, explican desde la compañía “se contribuye al objetivo global de ser una compañía cero emisiones netas 2050 y se refuerza la visión del GLP como energía eficiente y sostenible”. Estos proyectos persiguen la creación, restauración o protección de sumideros naturales (bosques, humedales, océanos, etc.) y generan créditos de carbono. Cada crédito equivale a 1 tonelada de CO2.

Raúl Masa

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