Repsol prepara 1.000 millones para comprar activos en México
La petrolera negocia la adquisición de algunos activos en aguas profundas en el Golfo de México de Exxon Mobil por cerca de 1.000 millones de dólares
Repsol negocia la adquisición algunos activos en aguas profundas en el Golfo de México de Exxon Mobil -la mayor petrolera de Estados Unidos- por cerca de 1.000 millones de dólares. Según adelanta la agencia Reuters este martes, la petrolera estaría en «conversaciones avanzadas» para llevar a cabo esta operación.
La información aportada por tres personas familiarizadas con la operación a la agencia de noticias, detalla que no hay certeza de que se llegue a ese acuerdo, ni tampoco del número exacto de activos que podría vender Exxon a Repsol. De hecho, la transacción requeriría la aprobación de los socios de los activos, quienes podrían tener derechos preferenciales para comprarlo
El acuerdo entrarían dentro de los planes de Exxon, ya que, al acelerar las ventas de activos, le daría margen para recaudar efectivo, devolverlo a los accionistas y financiar proyectos importantes.
Entre las motivaciones para esta operación estaría la contención de los precios del petróleom que ha pesado sobre las decisiones de las grandes empresas petroleras por comprar estos activos.
Exxon comenzó el proceso para deshacerse de los activos del Golfo de México el año pasado con el asesoramiento de JPMorgan Chase, tal y como informó Reuters el pasado mes de octubre.
La comercialización de activos de Exxon
Según un documento de Reuters fechado en otoño/invierno de 2018, Exxon estaba comercializando nueve activos. Éstos incluían su participación del 50% en el gran yacimiento petrolífero Julia, así como una parte del 9,4% del yacimiento de Heidelberg y del 23% del yacimiento de petróleo y gas Lucius, ambos operados actualmente por Occidental Petroleum Corp.
El presidente ejecutivo de Exxon, Darren Woods, dijo a principios de este año que la compañía apuntaba a unas ventas de activos de 15 billones de dólares hasta 2021, aunque asegurar las desinversiones ha sido difícil en un momento en que muchas petroleras, especialmente en los Estados Unidos, evitan las compras para centrarse en las carteras existentes.