Renault y su plantilla en España dejan en suspenso el nuevo convenio a la espera del ‘plan De Meo’
Ambas partes aplazan las negociaciones hasta que la compañía del rombo presente el plan de reestructuración que tiene en marcha, previsto para enero
Punto y aparte en las negociaciones del nuevo convenio colectivo de Renault España. Ante la imposibilidad de acercar posturas, empresa y sindicatos acordaron suspender el diálogo hasta que el consejero delegado de la firma del rombo, Luca De Meo, presente el nuevo plan estratégico del grupo. Previsto para el mes de enero, el contexto no hace ser optimista a la plantilla.
Los representantes de los trabajadores insistieron desde el inicio de las conversaciones en vincular el convenio colectivo a la adjudicación de modelos para las fábricas de Palencia y Valladolid. El sentir en los cuarteles generales de la organización era muy distinto: es el momento de abrocharse el cinturón y mejorar la competitividad de las plantas antes de optar a nuevos modelos. Posiciones demasiado encontradas, hasta el momento, para sembrar algún tipo de acuerdo.
Este miércoles, los cinco sindicatos presentes en el comité de empresa expresaron su voluntad de negarse a continuar con el procedimiento sin conocer el contenido del plan estratégico en el que trabaja Luca de Meo. UGT, CCOO, CGT, SCP-CCP y TU no quisieron seguir en la mesa «sin que se despeje el futuro» de la empresa en el territorio.
Los próximos años pasan por nuevas adjudicaciones y la entrada en el coche eléctrico. Hasta el momento, las dos plantas ubicadas en Castilla y León se contentan con ensamblar vehículos híbridos. Ahora, el grupo se enfrentará al problema de diseñar un plan estratégico sin conocer el coste que tendrá su operativa en España.
La empresa insiste en derivar la conversación hacia algo más prosaico: competitividad y costes. Sin una reducción de los segundos es imposible mejorar lo primero. Y sin competitividad no hay ni habrá atisbo de nuevos modelos. «La propuesta de los sindicatos incrementa los costes en un 56%», lamentó la compañía en un comunicado.
En su oferta inicial, Renault habló de una congelación de salarios y antigüedad para la plantilla. También propuso una ampliación de tres días del calendario laboral anual, que alcanzaría las 220 jornadas de trabajo.
Pero donde más quiere avanzar la firma del rombo es en materia de flexibilidad: pretende que Valladolid y Palencia funcionen como un mismo centro y los empleados puedan fabricar en cualquiera de los dos indistintamente sin que se les remunerarán los traslados. Además, la proposición incluye la posibilidad de contratar a través de ETT para fabricación y una reducción generalizada de los pluses.
La empresa gala ya avisó que las fábricas de Valladolid, Palencia y Sevilla no quedarán fuera del recorte del 20% de los costes fijos que proyecta a nivel mundial. “Las plantas de Valladolid y Palencia funcionan muy bien, pero es difícil de prever”, explicaba hace semanas De Meo cuando se le preguntaba por los despidos
Las fábricas de Renault España, llenas
Mientras se sientan a negociar, Valladolid y Palencia ya han recuperado los niveles de producción previos al coronavirus al estar centradas en la exportación de vehículos.
Es más, fuentes sindicales de Renault explican a Economía Digital que al estar trabajando ya a tres turnos, la planta de Valladolid no puede absorber toda la demanda del lanzamiento del nuevo Renault Captur. Por ello, cuentan con la posibilidad de trabajar todos los fines de semana que restan hasta finales de diciembre.
Desde la empresa matizan que a pesar de existir la posibilidad todavía no está decidido que haya actividad todos los sábados de 2020. Se decidirá según la demanda existente del vehículo.
De este modo, la planta vallisoletana ya trabaja al máximo de su capacidad y vuelve a poner a al carretera hasta 1.100 vehículos al día. La cifra se suma a los 900 coches diarios que saca al mercado el centro de Palencia entre Renault Kadjar y Renault Mégane en sus dos turnos de actividad.