Renault recortará la producción del Kadjar en Palencia por la crisis de los microchips
La compañía no renueva al personal temporal y aprovecha los huecos para colocar a los afectados por el ERTE aprobado el pasado mes de julio
La falta de microchips causa estragos en las fábricas de Renault en España. El grupo francés ya tuvo que extender a mediados de verano el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) presentado para hacer frente a la escasez de piezas. Tras el ajuste laboral, llega ahora el golpe a la producción con la suspensión de turnos.
Con la entrada de septiembre la organización ya tuvo que suspender el turno de fabricación nocturno del Renault Captur en la fábrica de Valladolid; una medida que no fue suficiente. El grupo galo ya asume que la actividad en Palencia, donde se ensambla el Renault Kadjar, también deberá disminuir con la eliminación de parte de la carga de trabajo.
Aunque todavía no es oficial, las fuentes consultadas por Economía Digital explican que el próximo recorte de producción que el conglomerado deberá afrontar será en el centro de la firma del rombo en Palencia. El centro trabaja actualmente a un turno y medio y en las próximas semanas se suprimirá medio turno si la escasez de piezas continúa, tal y como está previsto.
La medida todavía no está sellada, pero es el siguiente paso en la hoja de ruta marcada por la empresa dirigida por Luca de Meo. De hecho, Renault ya dijo a comienzos de mes que la afectación por la falta de modelos se centralizaría en los medios turnos sobrantes tanto en la fábrica de Valladolid como en la de Palencia. El Renault Kadjar –el vehículo producido en Palencia– será ahora el afectado.
La automovilística ya había anunciado que en septiembre cancelaría el medio turno nocturno que operaba para producir el Renault Captur. La fábrica de Valladolid pasó entonces de dos turnos y medio a solamente dos turnos.
Luca de Meo admite que la crisis de los microchips se prolongará hasta 2022
Igual que el resto de la industria, Renault no se atreve a predecir cuando la pesadilla de los microchips quedará en el recuerdo. Con la demanda camino a la que existía previa al coronavirus, el sector no puede surtir a los clientes debido a la falta de semiconductores. Y lo peor de todo: no hay prácticamente capacidad para adivinar la vuelta a la normalidad. Se trabaja casi semana a semana.
Este mismo verano, Luca de Meo admitió que la escasez de piezas obligará a la empresa a recortar la producción en unas 200.000 unidades. Admitió que los problemas se mantendrán hasta 2022, aunque no concretó más.
Renault se blindó con la extensión del ERTE
Para guardarse las espaldas, Renault decidió extender el ERTE que tenía en marcha. La dirección del fabricante acordó con los sindicatos mantener el mecanismo hasta el próximo 31 de diciembre. La decisión, que afecta a las plantillas de los centros de Valladolid y Palencia, no varió las condiciones del ajuste aprobado hasta la fecha.
Sí que cambió la vida para los trabajadores eventuales. Según explican fuentes sindicales, la automovilística dejó de renovar al personal eventual que desempeñaba sus funciones para que fueran sustituidos por empleados fijos afectados por el ERTE.
Seat también negocia un ERTE
La crisis de los microchips golpea a toda la industria de la automoción de forma transversal. Seat hace meses que se ve obligada a suspender jornadas de producción por la falta de piezas y tras cancelar hasta 20 días de trabajo desde el pasado mes de julio, las medidas de flexibilidad previstas en el convenio colectivo con la plantilla se han agotado.
Por ello, se puso en contacto con los sindicatos para plantear un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que afectará a todos los empleados de manera rotativa. Este miércoles, la filial de Volkswagen AG –el grupo que también engloba a Volkswagen, Audi, Skoda y Porsche— comunicó a los representantes de la plantilla su intención de aprobar un ajuste laboral entre el próximo 27 de septiembre y el 30 de junio de 2022.
Aunque la empresa señaló que “las condiciones del ERTE se determinarán durante la negociación”, las fuentes consultadas señalan que la adscripción será en principio voluntaria y abarcará a prácticamente la totalidad de la plantilla, aunque no está previsto que se aplique jamás al 100%.
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