Renart plantea por sorpresa el recorte de sueldos en Vichy Catalán
El grupo reducirá los salarios un 10% a toda la plantilla a cambio de mantener el empleo y la producción. Los sindicatos no preveían la medida
Vichy Catalán ha pasado de aspirar a controlar Cacaolat, con una inversión mínima de 30 millones, a plantear por sorpresa, según los sindicatos, un recorte salarial en todo el grupo del 10%. El consejero delegado, Joan Renart, ha puesto encima de la mesa la opción a cambio de mantener la dimensión de la plantilla y el ritmo de la producción.
El comité de empresa, sin embargo, aún no ha recibido por los conductos oficiales ni la propuesta de moderación salarial ni las explicaciones que a juicio de la compañía justifican la medida. Comisiones Obreras (CCOO) avisa de que la reunión programada para mañana “desde hace semanas” con la dirección de la empresa será, en consecuencia, “caldeada”. Vichy sostiene que la decisión se ha comunicado ya a los representantes de los trabajadores.
Sin entrar en mayores detalles, el grupo alimentario recurre a la grave crisis de consumo que atraviesa España, su principal mercado, para apelar a la reducción salarial. Según las cifras que maneja la compañía, el consumo de agua embotellada ha caído de 125 litros a 105 litros por persona. Ello ha arrastrado la producción del sector, que se ha dejado el 16,8%. Por el momento, la empresa no detalla en qué medida ha deteriorado su cuenta de explotación esta contracción del mercado.
La última de las medidas
La decisión ha cogido con el pie cambiado a los trabajadores, que no eran conscientes de las presuntas dificultades financieras de Vichy, según CCOO. “Tuvimos problemas para firmar el convenio colectivo, pero ha sido el único tropiezo”, explica el responsable sectorial del sindicato, Miguel Ángel Domínguez.
Mientras tanto, el grupo se defiende asegurando que la moderación salarial que se plantea llega después de una serie de medidas de austeridad, como la reducción de costes productivos y logísticos, la renegociación con proveedores o la inversión en procesos más eficientes. En un comunicado, Vichy entiende que la reducción es una medida “dura pero necesaria” y que “responde a criterios racionales y realistas”.