Las rebajas de la banca española: cierra 1.500 oficinas en un año
Los grandes bancos españoles despidieron a más de 2.000 personas en 2017. El líder de los recortes fue BBVA, con 900 personas y 300 oficinas menos
Los bancos lo tienen claro: les sobran oficinas. Y las que tienen, cuántos menos clientes reciban, mejor. Las entidades españolas andan inmersas en un continuo recorte de sucursales, que en 2017 se saldó con el cierre de 1.463 locales. El más agresivo fue BBVA, que terminó el año con 290 cajeros y casi 900 trabajadores menos de los que tenía en enero.
Las cifras de la Asociación Española de Banca (AEB) tras añadir los datos de Bankia y Caixabank –que no están afiliados al organismo— muestran que la red de oficinas en España cayó desde las 19.152 hasta las 17.689. A pesar del recorte que afectó al 37% de las instalaciones entre 2006 y 2018, las ratios de sucursales por habitante todavía duplican los de Alemania o multiplican por seis los de los Países Bajos.
Ahora, las entidades españolas abogan por oficinas más grandes y con horarios de apertura más extensos, tal y como ya explicó Economía Digital. El debate se centra ahora en la especialización de cada espacio: o se convierten en centros especializados en operaciones de caja o en lugares para la venta de productos financieros más complejos.
El más afilado a la hora de recortar el volumen de su red es BBVA. «El cierre de oficinas lo marcarán los clientes», dijo el presidente de la entidad, Francisco González, el pasado febrero. Por el momento, en 2017 pasó de 3.323 sucursales a 3.033. También redujo su plantilla desde las 27.536 personas hasta las 26.633 en la fase final del expediente de regulación de empleo posterior a la adquisición de CatalunyaCaixa.
Caixabank todavía cuenta con la mayor red de sucursales
Notablemente menor fue el ajuste de Banco Santander, que cerró 70 oficinas y pasó desde las 2.890 hasta las 2.820. En términos de empleo, la caída fue desde los 22.086 trabajadores hasta los 21.830.
El informe todavía muestra por separado las cifras del banco de origen cántabro con las del Popular a pesar de haberlo comprado por 1 euro en junio de 2017. La entidad adquirida fue la única de las grandes firmas que no clausuró sucursales –según la AEB– y pasó de 1.381 a 1.416 ubicaciones distintas. Eso sí, destruyó puestos de trabajo: pasó de 15.453 personas a 15.302.
Pero la compañía que todavía suma una mayor red es Caixabank, con 4.962 locales. Son 84 menos que los 5.046 de los que gozaba al cierre de 2016. Su personal cayó desde los 29.840 asalariados hasta los 29.692. El segundo banco de Cataluña, el Sabadell, eliminó 269 oficinas al saltar de 2.124 establecimientos a 1.855. También pasó de 15.453 empleados a 15.302.
La banca pública tampoco se libra de la redimensión. Bankia cerró 157 sucursales a lo largo de 2017 sin contar las procedentes de Banco Mare Nostrum, absorbido en junio de 2017. El número de empleados también cayó: de 13.159 personas a 13.122.