Rakuten esquiva a Hacienda con su negocio editorial
El gigante japonés, conocido por ser patrocinador de la Copa Davis, utiliza Luxemburgo para vender libros electrónicos
En medio de la polémica por la tasa Google y por dónde tienen que tributar las plataformas tecnológicas por sus ventas en España, el gigante japonés Rakuten, conocido por ser patrocinador del FC Barcelona y de la Copa Davis que se celebra esta semana en Madrid, sigue la estela de otras compañías más conocidas, como Amazon o Netflix, entre muchas otras empresas fundamentalmente digitales.
Rakuten es conocido popularmente como el Amazon japonés. En su país de origen opera como un marketplace de productos, al igual que hace la empresa de Jeff Bezos en medio mundo, pero su potencial económico le ha llevado a comprar otras compañías y probar con distintos negocios. Su listado es extenso: desarrollo de software, sector financiero, ropa e incluso equipos de fútbol.
Uno de sus diversos negocios es Kobo, empresa que compró hace siete años para ponerle delante su nombre y rebautizarla. Rakuten Kobo, como se llama ahora, se dedica al negocio editorial a través de la venta de libros electrónicos, audiolibros y tabletas para la lectura y que, de acuerdo a cifras de la propia compañía, registró un aumento interanual del 60,4% durante 2017.
Su estructura societaria lleva a la empresa a no anotar las ventas en España de los libros vendidos en el país, sino a utilizar una sociedad en Luxemburgo para facturar, según informa la propia compañía en sus «términos de venta». Es Kobo Europe SA, domiciliada en el Gran Ducado, una jurisdicción con un régimen fiscal favorable para las empresas, la que se encarga de declarar los ingresos de la compañía, sin desglosar cuánto viene de cada país.
Economía Digital se puso ayer, lunes, en contacto con un portavoz de Kobo en España. No obstante, pese a trasladar nuestras preguntas sobre la estructura societaria del grupo, la compañía no contestó al cierre de esta información.
Kobo es un negocio de libros electrónicos que rivaliza con los Kindle de Amazon. Ese mismo objetivo le llevó el pasado año a aliarse en Estados Unidos con Wallmart, el otro gigante estadounidense que pasó a ser su socio minorista exclusivo.
Creada en Canadá, la compañía pasó a manos del gigante japonés en 2012 y se salvó en la crisis del principal negocio de Rakuten, la compra y venta de productos, en Europa. En el comunicado de su adiós en parte del Viejo Continente que lanzó en 2014, en el que anunciaba el cierre del marketplace en España, Reino Unido y Austria — todavía opera en Francia y Alemania — , matizaba que Kobo seguiría presente.
El año de la compra de Kobo fue el mismo en el que el que Rakuten realizó otras adquisiciones, como la plataforma española de vídeo bajo demanda Wuaki TV. La compañía fundada por el catalán Jacinto Roca, todavía al frente del proyecto, pasó a ser rebautizada como Rakuten TV cuando se cerró el acuerdo patrocinio entre la compañía nipona y el FC Barcelona para lucir el logo comercial en la camiseta del club.
Rakuten tiene hasta cuatro empresas domiciliadas en Luxemburgo
Kobo Europe SA no es la única empresa que el gigante japonés tiene radicada en Luxemburgo. Rakuten cuenta con hasta otras cuatro empresas en el pequeño país europeo. La última que creó fue Rakuten Capital, constituida hace casi un año, el pasado 22 de noviembre, con el objetivo de «invertir, mantener y disponer de carteras de inversión pertenecientes al grupo de empresas Rakuten, incluidas, entre otras, nuevas empresas e inversiones de capital de riesgo», según la documentación consultada.
A esta compañía se suman la sociedad Rakuten Reinsurance Europe SA, creada el verano de 2016; Rakuten Europe Bank SA, constituida hace tres años antes, y Rakuten Europe SARL, tendedora de parte de las acciones de Cabify y Glovo.
Otra empresa que compró Rakuten hace años y está controlada desde Luxemburgo es Viber, la app de mensajería instantánea de origen israelí por la que pagó 900 millones de euros. Al ser menos popular entre el público en España que otras como Whatsapp y Telegram, la compañía utilizó nuevamente la imagen del Barça como principal reclamo.
Rakuten, sociedades en paraísos fiscales e impuestos
El esquema fiscal de Rakuten Kobo, con su centro de operaciones en Luxemburgo, provoca que Hacienda en España no conozca cuáles son las ventas en nuestro país, por lo que es imposible cuantificar cuántos impuestos sobre beneficios debería abonar la compañía. Es lo mismo que ocurre con los suscriptores de Netflix, que pagan su cuota mensual a una empresa holandesa (Netflix International B.V.), o los de Amazon, que también se anota parte de sus ventas en Luxemburgo.
Aunque la elusión fiscal no constituye ningún delito, cada vez son más voces las que critican que las empresas digitales se valgan de estos mecanismos para no pagar impuestos en cada país en función de sus ventas.
Alguna ya ha cambiado de opinión. Ha sido Facebook,que ha dejado de concentrar la venta de publicidad digital en Irlanda y por primera vez ha declarado cuánto factura realmente en España.
Rakuten, por su parte, tiene en su web de manera destacada cuál es su planificación fiscal. Allí especifica que mantiene «un diálogo abierto y honesto con las autoridades fiscales» y cumple con «el espíritu de la legislación fiscal en todos los países y regiones» donde operan.
Pese a ello, la compañía ha utilizado sociedades en paraísos fiscales en el pasado. Es el caso de Rock Mobile, una sociedad radicada en el paraíso fiscal de las Islas Cayman y de la que era accionista a través de la japonesa Rakuten Strategic Partners, según aparece en la base de datos del Consorcio Internacional de Periodistas (ICIJ) creada con motivo de investigaciones como los papeles de Panamá.
Rakuten también estableció la sociedad eBank Capital Management, según aparece en la propia documentación de la compañía de años anteriores, en las Islas Cayman. Fue liquidada el 12 de julio de 2013, tal y como recogió el propio boletín del país caribeño.