La quiebra de SVB pone el riesgo los récords del capital riesgo en España
El capital privado registró un número récord de 935 inversiones en 2022 y un volumen de inversión de 8.735M
Las consecuencias de la quiebra de Silicon Valley Bank pueden seguir teniendo coletazos en los diferentes sectores afectados. Gran parte del negocio del banco estadounidense estaba relacionado con la financiación de startups y el capital riesgo. La caída de SVB pone bajo el foco la financiación, las condiciones y las cifras que han ido recibiendo las startups en los últimos años bajo el paraguas del dinero barato.
Ahora, a las dudas sobre la subida de los tipos de interés se añade la incertidumbre generada por la caída de un banco especializado en este tipo de productos. En España, aunque con un mercado mucho más pequeño que el de EEUU, también se han registrado récords de operaciones en los últimos años, que ahora podrían estar en peligro.
Las cifras millonarias de los últimos tiempos en términos de valoraciones se han ido desinflando en los últimos meses conforme la situación macroeconómica cambiaba. En el auge de los tipos de interés negativos, gran parte de la liquidez buscó refugio en la inversión en este tipo de empresas. Esto conllevó a lo que algunas voces denominaron burbuja, o por lo menos, sobrecalentamiento del sector de las startups.
A nivel global, con el foco en Estados Unidos, las inversiones millonarias han ido reduciéndose costando más lograr las rondas millonarias para que las empresas fueran adelante. Esto ha conllevado también una fuerte ola de recortes, en gran parte de empleos, en algunas tecnológicas emergentes como muestra del cambio de los nuevos tiempos. La quiebra de un banco enfocado a este tipo de negocios no hace sino complicar el escenario para que estas empresas busquen financiación después de años viviendo en la opulencia del dinero barato.
Incluso, un grupo de fondos de capital riesgo estaría estudiando hacer una oferta, con el respaldo de fondo Apollo, para quedarse con lo que queda de SBV y poder seguir dando servicio a las empresas, según recoge el diario económico FT.
En España, el ecosistema es mucho menor y con menor trayectoria que en el caso de Estados Unidos, pero también en los últimos años, se ha vivido un auge de este tipo de inversiones. Las primeras estimaciones obtenidas por SpainCap, la asociación española de capital privado, a través de la plataforma europea EDC, apuntan que el volumen de inversión del capital privado en España en 2022 alcanzó 8.735 millones de euros en un total de 935 inversiones. Frente a estos datos, el año previo se movieron 7.572 millones de euros.
El desglose de estas cifras muestra que solamente el venture capital, lo que vendría a ser el capital riesgo, cerró 2022 como el segundo mejor ejercicio histórico, tanto en volumen con 1.478 millones de euros, como en número de operaciones con 745. Frente a los datos de 2021, cuando se registraron 2.108 millones de euros en 773 operaciones.
“Pese a la ralentización de la economía que se está produciendo a nivel global, nuestra industria continúa optimista y apostando por nuevas empresas y sus equipos, con un otro récord de inversión en volumen y número de operaciones”, señalaba el presidente de la asociación Oriol Pinya en un comunicado hace unas semanas.
Ahora, habrá que esperar a conocer todos los detalles junto con las implicaciones de la quiebra de SVB para ver cómo evoluciona 2023, pero, desde luego, las perspectivas no ayudan. Silicon Valley Bank era un actor relevante dentro del negocio de las “líneas de crédito” que se daban a las firmas de capital riesgo. Este tipo de instrumentos financieros permiten obtener una financiación cuando este tipo de firmas necesitan realizar un movimiento de manera urgente, sin esperar a que los inversores en sus fondos muevan el capital comprometido.
La quiebra de SVB, además de eliminar a este actor, puede poner en aviso a otras entidades que observen un mayor riesgo en este tipo negocios. Lo que podría significar un aumento de precios en los créditos en un mercado ya tensionado por la rápida subida de los tipos de interés. En un mercado global, parte de los grandes actores que realizan inversiones provienen de otros mercados como Estados Unidos, por lo que la interrelación de países es fuerte.
Ralentización del mercado
Por su parte, los datos de la consultora TTR apuntan a que ya 2023 ha comenzado con una ralentización de la actividad en las operaciones. Las cifras que manejan señalan que hasta febrero se contabilizaron un total de 28 transacciones de Private Equity por una suma de 129 millones de euros, lo cual supone un descenso del 58% en el número de transacciones, así como un descenso del 95% en el importe de las mismas, respecto al mismo periodo del año anterior.
Por su parte, en el mercado de Venture Capital se han llevado a cabo 73 transacciones con un importe agregado de 474 millones de euros, lo que implica un descenso del 27% en el número de transacciones y una disminución del 69% en el importe de las mismas, en términos interanuales.
“La bancarrota de Silicon Valley Bank llega en un complejo momento de incertidumbre en el ámbito global, el cual puede afectar directamente la confianza inversionista en el caso del mercado español”, apunta Marcela Chacón Sierra, portavoz de TTR Data a Economía Digital. “Aunque la coyuntura que presenta en este momento el sector bancario de Estados Unidos interfiere en casos muy particulares como lo son Silicon Valley Bank y Signature Bank, la situación actual sí puede aumentar la percepción de riesgo para inversionistas y consumidores en el corto plazo y, en cierta medida, puede implicar una baja relevante en las transacciones de Venture Capital para los próximos meses”, añade.
En este sentido, señala que esta situación puede hacer que el ecosistema emprendedor tecnológico esté implicado en este “efecto dominó” debido a las dificultades en la captación de capital y en las inversiones en startups. Esto sumado a los problemas inflacionarios y al aumento de tipos, no solo a nivel internacional, sino también a nivel local, el sector tecnológico podría tener un gran reto en los próximos meses al momento de conseguir fondeo, lo que terminaría por afectar el desarrollo de estos negocios, ya sea en la continuación de muchos proyectos o que algunas no alcancen un nivel de maduración adecuado”, explica Chacón.
En este sentido, a finales del año pasado fuentes del ecosistema ya apuntaban que estaría cerrándose la barra libre de fondos que se había vivido en los últimos años. Tras un periodo donde los inversores buscaban solamente el crecimiento, tras los cambios en las perspectivas internacionales, el foco estaba más en la búsqueda de beneficios operativos positivos.
En esta línea se pronunciaban también los analistas de Jefferies que apuntaban que la caída de SVB puede agudizar el “crunch” que se vive en la puesta a disposición de líneas de suscripción de capital riesgo, después de que Citigroup haya reducido su actividad Citigroup. Además, señalaban que podrían subir los costes de esos créditos.
Otras voces de analistas internacionales también se habían pronunciado en este sentido. La firma de gestión con sede en Hong Kong Gobi Partners destacaba que existía un “impacto potencial negativo dentro del entorno de la financiación de startups dado el cambio en el sentimiento generalizado”. Aunque, apuntan que gracias a las líneas de liquidez puestas en marcha por la Reserva Federal esto podría mitigarse.