Puig acelera su plan de expansión pese a la inflación y la guerra de Ucrania
La empresa avanza un año la consecución de los 3.000 millones de ingresos y anticipa un Ebitda de récord para el año que viene
Tras cosechar las primeras pérdidas de su historia en 2020, Puig volvió en 2021 a ganar dinero. Lo hizo a lo grande: superando las cifras previas a la pandemia y con un récord de ingresos. La firma obtuvo unos ingresos de 2.585 millones de euros; una cifra superior a lo esperado. Por ello, el grupo está convencido de que los objetivos de crecimiento previstos se cumplirán antes de lo marcado en el plan estratégico.
Puig celebra la recuperación de las cifras y anticipa por ello la consecución de los objetivos de 2025. El conglomerado familiar quiere alcanzar unas ventas de 4.500 millones de euros para entonces. Y la vía para lograrlos será más rápida. En 2022 ya aspira una facturación de 3.060 millones de euros frente a los ingresos de 2.767 millones que auguraba hasta la nueva revisión. Siempre sin contar las adquisiciones a realizar. «Aunque no hay ninguna prevista ahora mismo, no sería de extrañar que se produjesen nuevas incorporaciones», señaló su consejero delegado, Marc Puig.
«Los primeros meses de 2022 son muy buenos», celebró. Además de augurar unos ingresos superiores a los 3.000 millones, también anticipó un Ebitda de 500 millones para el ejercicio en curso.
Leer más: Los Puig repatrían su sociedad holandesa, pero dejan la matriz en Suiza
A la empresa no le hace dudar ni la guerra de Ucrania. Como ya avanzó Economía Digital, la compañía suspendió todas las inversiones en Rusia, desde donde controlaba los 13 mercados de Europa del este. «La región supone pocos puntos porcentuales de nuestras ventas, por lo que esperamos un impacto limitado», explicó el directivo.
Más le afectará la inflación al concentrar la práctica totalidad de la producción en España y Francia. «Los precios ya subieron varios puntos en 2021», admitió, sin concretar el dato. Para el próximo ejercicio, con la actual subida del coste de las materias primas, el transporte y la energía, se espera de nuevo que Puig tenga que encarecer sus perfumes, aunque por el momento pueda capear la situación.
La organización no ha tenido que cerrar fábricas a pesar de «dificultades en el suministro de materiales específicos». El grupo pudo resistir los picos del precio de la luz y mantener su actividad de manera prácticamente normal en los últimos meses.
Puig ganó 234 millones en 2021
Marc Puig, consejero delegado del grupo de perfumería, compareció este lunes ante los medios de comunicación para presentar los resultados de la pasada campaña. «Fueron unos resultados incluso mejores de lo anticipado», explicó. La firma retomó el camino de la rentabilidad con unas ganancias de 234 millones frente a las pérdidas de 70 millones de 2020. El Ebitda ascendió hasta los 425 millones frente a los 93 millones de la campaña anterior.
La empresa que comercializa marcas como Carolina Herrera y Paco Rabanne –las dos enseñas más exitosas– dejó atrás el cierre de tiendas que sufrió en 2020 mientras avanzaba en su diversificación: dejar de ser solo una empresa de perfumería para subir en las divisiones de maquillaje y dermocosmética.
Leer más: Puig suspende inversiones en Rusia, desde donde controla 13 países
Las ventas de fragancias, que se mantiene como el músculo principal del grupo, crecieron desde los 1.348 millones hasta los 1.898 millones gracias a los nuevos lanzamientos, el mercado estadounidense –que duplicó sus ventas– y las nuevas marcas de nicho adquiridas.
La división de maquillaje disparó sus ingresos el 153% (de 163 millones a 413 millones) por la compra de la británica Charlotte Tilbury, que se incorporó al perímetro de la empresa en verano. La compra –sumada a la incorporación de Uriage y Apivita– también sirvió para que los ingresos procedentes de la cosmética escalaran el 954% desde los 26 millones hasta los 274 millones de euros.
La expansión se produjo sin tener que recurrir al endeudamiento. Aunque no dio cifras concretas, el también presidente del Instituto de Empresa Familiar (IEF) celebró que la deuda neta era inferior al 0,5% del Ebitda.