Por qué Amazon se instala ahora en Barcelona

La compañía se interesó por El Prat ya a inicios de 2014 pero la operación se ha hecho esperar y está pendiente de varios flecos

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A falta de algunos flecos, meros trámites según las fuentes consultadas, parece prácticamente seguro que Amazon instalará en el Prat de Llobregat, al lado del Aeropuerto de Barcelona, su gran centro logístico del sur de Europa, en una parcela de más de 150.000 metros cuadrados. Hacía tiempo que la multinacional norteamericana perseguía instalarse en la capital catalana pero su anuncio se ha hecho esperar. ¿Por qué ahora?

Interesados desde hace año y medio

En marzo 2014, el secretario de Estado de Comercio, Jaime García Legaz, anunció que Amazon estaba buscando casa en Barcelona para construir un centro logístico. El conseller catalán de Empresa i Ocupació, Felip Puig, cargó contra Legaz por filtrar una operación que se estaba negociando, lo que entendía que la ponía en riesgo.

Lo cierto es que en ese momento no se concretó, pero el asunto resucitó 19 meses después, cuando el Incasòl (empresa pública de la Generalitat que se ocupa de la gestión de suelo y viviendas) anunció que tenía una oferta de Amazon por unos terrenos del Prat. Este lunes el director del Incasòl, Damià Calvet, el presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, y el alcalde de El Prat de Llobregat, Lluís Tejedor, han firmado la adjudicación del terreno a la compañía por 30 millones de euros.

Localización inmejorable

Amazon planteó su centro de Barcelona como su centro de distribución principal para el área mediterránea, aunque no servirá en exclusiva al sur de Europa, donde también tiene centros logísticos en Madrid, Milán y en el sur de Francia. Sin embargo, su gran capacidad logística –tendrá al menos el doble de espacio que el almacén de Madrid, actualmente el único en la Península– es sólo uno de sus puntos a favor.

Su localización es inmejorable: el centro logístico de Barcelona estará a poco más de 500 metros del aeropuerto del Prat y a unos 7 kilómetros del Puerto de Barcelona, la gran puerta de entrada y salida de importaciones y exportaciones de España. Y todavía será mejor cuando llegue el metro a una zona algo abandonada por el transporte público.

El metro, en el primer trimestre

Está previsto que uno de los ramales de la línea 9 del metro de Barcelona, que va de Zona Universitaria al Aeropuerto, entre en funcionamiento en el primer trimestre. Las obras están concluidas y en enero se harán las pruebas con la idea de que ya funcione en febrero, según apuntan fuentes conocedoras, ya que se celebra el Mobile World Congress. El recinto de la Fira de Gran Via también tiene parada de la línea 9 y su entrada en funcionamiento era una de las grandes reivindicaciones de la organización del MWC.

El metro, importante para el traslado de los futuros trabajadores, era una de las condiciones de Amazon, pero no la única ni la más importante. Lo que es decisivo es el cambio de usos de los terrenos, sin el cual el proyecto no podría tirar para adelante.

El plan urbanístico, pendiente de ICV y del Govern

La compañía está pendiente de la modificación del Plan General Metropolitano, que permitirá una superficie máxima edificable de 210.000 metros cuadrados, con una altura máxima de 19 metros. El plan debe incluir, además del uso logístico, unos usos complementarios para la construcción de oficinas, área comercial y restaurantes, aunque no superarán el 10% de la superficie total.

El plan urbanístico está aprobado inicialmente pero todavía tiene que vencer dos trámites: el primero, ser aprobado provisionalmente por el Ayuntamiento de El Prat (de ICV), que está previsto que se lleve a cabo en diciembre. El segundo, que lo apruebe definitivamente la Comisión de Urbanismo de la Generalitat, previsto para enero o febrero, según fuentes del Incasòl.

Amazon se blinda

Con los planes totalmente aprobados o no, Amazon tiene un mes para formalizar la compra y pagar los 30 millones de euros. La compañía ha iniciado una due diligence para analizar definitivamente la operación y terminar de diseñar el proyecto, que podría entrar en funcionamiento en 2017 si finalmente lo lleva a buen puerto, ya que la oferta no era vinculante.

Como es probable que a la fecha de la compra falte el último paso en los cambios urbanísticos y que la estación del metro todavía no esté operativa, Amazon se blindará ante posibles incumplimientos, para poder dar marcha atrás si no puede desarrollar el proyecto que quería.

Xavier Alegret

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