Política industrial sí, pero no hay dinero
Los ejecutivos afirman que el gran drama de la estrategia de reindustrialización de Puig es la falta de presupuesto
«Con los presupuestos limitados de que disponemos, ¿qué más podemos hacer?». «Tenemos muy pocos recursos y debemos priorizarlos». «Sin apoyo económico, una política industrial se queda coja». De esta forma valoran tres directivos de Fomento del Trabajo, Fepime y Cecot la nueva estrategia empresarial presentada públicamente este lunes por el consejero de Empresa i Ocupació, Felip Puig (CiU).
Patronales y sindicatos conocen el documento definitivo desde el martes pasado. El equipo del consejero les mostró un power ponint que recogía algunas de sus propuestas. «Tenemos pendiente un nuevo encuentro para definir si es el definitivo o hacemos nuevas aportaciones», añaden los ejecutivos consultados. Un gran cambio respecto a su predecesor en el cargo, Francesc Xavier Mena, quien evitó la cogobernanza de la que hace gala Puig.
Eso sí, el «gran drama» de la falta de aportaciones económicas reduce el plan industrial a una «declaración de intenciones «. «No nos queda otra salida que poner mucho esfuerzo, ilusión y coordinación para maximizar todas las actuaciones». Aunque también se muestran comprensivos: «En el momento actual, no podemos pedir más dinero».
Clústers
Además de la cogobernanza de la nueva estrategia industrial catalana, los ejecutivo señalan que el plan final es más coherente que el de Mena. Los sectores claves que identifica (alimentación; energía y recursos; sistemas industriales; diseño; movilidad sostenible; salud e industrias basadas en la experiencia, donde encaja turismo y deporte) son muy similares a la anterior programa de Empresa i Ocupació. La diferencia es que profundiza en el ámbitos con mejores resultados.
Entre ellos, la también muy reivindicada política de clústers. Puig los abraza y hace de ellos uno de los programas centrales de la nueva estrategia. Los pone al mismo nivel que las iniciativas para la innovación, la internacionalización y la reactivación industrial. «El gobierno anterior no les hizo suficiente caso», sentencian los empresarios.
Subvenciones no, competitividad sí
El consejero también ha recolectado aplausos entre las patronales catalanas por su anuncio de que las políticas de subvenciones habían terminado. «El mundo empresarial no quiere subvenciones, necesita elementos que hagan la economía más competitiva» . «Distorsionan la competencia».
El marco flexible para hacer negocios que exigen pasa por limitar la burocracia, flexibilizar más las relaciones laborales y rebajar la presión fiscal. Tres viejas reivindicaciones que, de momento, no obtienen respuestas que les parezcan favorables.
¿Cumplirá Puig con su anuncio? Ésta es el gran duda sobre la mesa.