Pemex prolonga la agonía de Navantia en Galicia

La petrolera retrasa, sin dar explicaciones, la adjudicación de dos buques floteles, vitales para los astilleros públicos

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El naval gallego continúa en vilo. Un año y tres meses después de que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (PP), anunciase la existencia de un acuerdo para que los astilleros de Barreras, en Vigo, y los públicos de Navantia, en Ferrol, construyesen sendos buques hotel para la petrolera mexicana Pemex, la incógnita estaba a punto ya de resolverse. La previsión era que el grupo azteca diese a conocer a las cinco de la tarde de este lunes (hora local) el nombre de las empresas que fabricarán los barcos. No obstante, contra todo pronóstico, y después de retrasar la adjudicación hasta en cuatro ocasiones, de nuevo, el grupo de Emilio Lozoya ha dado largas.

La noticia ha sentado como un mazazo en Navantia. Barreras tiene ya asegurada la construcción de uno de los dos floteles después de que Pemex se hiciese con el 51% de su capital. Sin embargo, los astilleros públicos gallegos dependen del contrato mexicano, máxime ahora, cuando se encuentran sin carga de trabajo.

Sigue la evaluación de propuestas

El fallo del concurso para la adjudicación de los dos buques se retrasa una vez más. Fuentes de Pemex indican que la resolución se conocerá en enero pero no han concretado ni el día exacto ni los motivos que han paralizado el proceso. Tan sólo se limitan a indicar que el comité que se encarga de analizar las ofertas presentadas “seguirá evaluando las propuestas”.

Hasta ahora, diversos motivos, que poco tenían que ver en ocasiones con los tiempos empresariales, han ido retrasando la adjudicación de los floteles, que tienen como destino el alojamiento de las más de 17.000 personas que realizan trabajos de explotación de yacimientos en el mar. Uno de los más importantes, el conflicto que se vivió entre la propia Pemex y Repsol, empresa de la que es accionista, derivado de su interés en activos de YPF, filial de la española expropiada por el Gobierno argentino.

Justo después de que la multinacional española aceptase la oferta de Argentina, de unos 3.700 millones de deuda soberana para zanjar la expropiación de YPF, los movimientos de Pemex con el naval gallego volvieron a reactivarse. La petrolera anunció su entrada en el capital del astillero Barreras, con lo que le aseguraba la construcción del flotel.

Navantia, contra las cuerdas

Hace dos semanas, el número dos de Pemex, Carlos Roa, visitó los astilleros vigueses. Allí aseguró que la empresa gallega construirá, al menos, cinco buques, por unos 300 millones de euros. Entre ellos, el deseado flotel. No obstante, el ejecutivo no aclaró si Navantia también lo haría.

El directivo admitió que si en el concurso PMI (filial de Pemex que presenta las propuestas de las empresas gallegos) obtenía el primer lugar, se construirían en España los dos barcos. Sin embargo, en caso de que la propuesta de la filial quedase en segunda posición, sólo habría un encargo. Y sería para Barreras.

Alarma entre los trabajadores

Es por eso que el repentino nuevo retraso ha generado una gran alarma entre los trabajadores gallegos de Navantia. El encargo de Pemex es una de las patas sobre las que pivota el plan de trabajo de la empresa pública presidida por José Manuel Revuelta, que encadena varios ejercicios en números rojos, y presenta un agujero de más de 3.000 millones.

Ignacio Naveiras, portavoz del comité de empresa de Navantia Ferrol, aseguraba este lunes que el enésimo retraso de Pemex “no es algo muy habitual”. «Los trabajadores están en tensión, más de 3.000 dejaron ya las factorías y los subsidios se están agotando, y la economía de la comarca pivota sobre el naval», alertó.

Competencia mexicana

Pero, ¿cuál es el motivo del retraso? En la adjudicación de los floteles no hay que olvidar un factor importante. Navantia y Barreras compiten en el concurso contra nueve grupos mexicanos y no es la primera vez que el naval azteca y la prensa del país se queja del trato dispensado hacia las compañías españolas.

La prensa mexicana da por sentado que Navantia se llevará finalmente el gato al agua y conseguirá la adjudicación del buque, pero insisten en que los astilleros mexicanos serán los que construyan la mayor parte de la nueva flota que necesita Pemex. “El programa que hacemos con la Secretaría de Marina, con el que se pretende construir 25 barcos, hará que construyamos 22 barcos en territorio nacional y solamente los tres barcos de mayor sofisticación serán los que pretendemos hacer en España”, indicó el propio Roa a periodistas aztecas, según publica el diario La Jornada.

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