Pedro Ferrer funda una nueva empresa con antiguas bodegas de Freixenet
La familia Ferrer, todavía accionista de Freixenet, adquiere las bodegas que no interesaban a Henkell para crear una nueva marca de vinos
Freixenet da al fin salida a las bodegas que no interesaban. La compra de Henkell del 50% de la cavista llegó con la condición de deshacerse de cuatro bodegas de vino que no encajaban con la estrategia del grupo alemán para crear un gigante del vino espumoso. La familia Ferrer, con quien comparte accionariado, las adquirió y ahora crea las bodegas Ferrer Miranda con tal de exprimirlas.
La nueva compañía, presidida por Pedro Ferrer, también consejero delegado de Freixenet, sumará cuatro bodegas, todas procedentes de la compañía con sede en Sant Sadurní d’Anoia: Valdubón (D.O. Ribera del Duero), Solar Viejo (D.O. La Rioja), Vionta (D.O. Rías Baixas) y Finca Ferrer Argentina (Valle de Uco). Con ellas “elaborará vinos en siete denominaciones de origen distintas”, presume la empresa en un comunicado.
Ferrer Miranda seguirá ligada al grupo Freixenet, con el que firmó un acuerdo de cooperación para que distribuya y comercialice sus vinos. En total, aspira a vender cuatro millones de botellas con una facturación que ronde los 18 millones de euros. Estará presente en 85 países.
El hijo de Pedro Ferrer será director general
Para la dirección, Pedro Ferrer confió en Silvia Carné, una histórica directiva de la cavista y persona cercana a la familia Ferrer. De hecho, incluso llegó a sonar como consejera delegada cuando en plena batalla familiar pareció que esta rama podía comprar la compañía. Con la llegada de Enrique Hevia a la presidencia abandonó la sociedad.
No obstante, los Ferrer y Henkell la recuperaron como asesora externa para el área de compliance y jurídica.
La dirección general recaerá en Pedro Ferrer Miranda, hijo de Pedro Ferrer y miembro de la cuarta generación de la saga. En sus atribuciones estará el área financiera, de producción y comercial.